29 marzo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Diciendo mentiras políticas 

Dario Ruiz

Por Darío Ruiz Gómez 

En Colombia para los medios de información escritos o visuales el panorama internacional de la política sigue siendo un tema a tratar en breves minutos, tal como si la invasión a Ucrania, la crisis cantada de la economía española o norteamericana, el inició de la investigación de la Corte Penal Internacional sobre los crímenes de la cuadrilla de facinerosos con Maduro adelante no hubiera empezado hoy.  

Parapetados en esa ofensiva ignorancia que solemos tomar como una especie de inocencia adánica, nuestras clases dirigentes, intelectuales a la necesidad del análisis crítico de la realidad oponemos la repetición ya fastidiosa de los mismos eslóganes de siempre.  

Como éste que repiten incluso reconocidos especialistas sobre la realidad latinoamericana, “Aumenta en Latinoamérica el poder de la Izquierda”. 

Repetida ahora después del precario triunfo de Lula en Brasil el cliché me permite entonces verificar su verosimilitud o su falsedad manejada esta última bajo un oculto interés de seguir deformando la realidad de la política en nuestros países.  

Vimos la oportunista aterrizada de Alberto Fernández para abrazar a Lula en Sao Paulo y tenemos que retrotraer la mirada sobre este folclórico personaje quien meses antes hizo un vuelo directo a Moscú para ponerse y poner a la Argentina al servicio de Putin.  

Un presidente que llegado al poder bajo el apoyo de Cristina Kirchner fue mostrando con el correr de los días que no era el político que el kirchnerismo había esperado sino un pelele cuyas metidas de pata se fueron haciendo notorias y se prestaran inevitablemente a los chistes irreverentes de las gentes y por supuesto de la Oposición.  

El colmo llegó cuando Cristina Kirchner le dio la espalda y públicamente empezó a burlarse de Fernández, a colocarse de espaldas a él en las reuniones del Gabinete presidencial y en diversos actos públicos. Calificarlo de tarado lo hizo Cristina para que la ciudadanía no la siguiera confundiendo con este hilarante personaje que en medio de la pandemia y en el colmo del despiste fue capaz de hacer una gran fiesta en la Casa presidencial.  

¿Puede calificarse a este personaje como a un hombre de izquierda? ¿Podría calificarse al populismo degradante de la Kirchner que ha destruido la economía, entronizado la corrupción más bárbara, como una propuesta política de Izquierda? 

La aceptación, según las últimas encuestas del gobierno de Gabriel Boric apenas llega a un 26%. Y Boric fue de los primeros en condenar a Putin, en acusar de criminales a los gobiernos de Maduro y de Ortega y en enfrenar con la fuerza militar la supuesta rebelión de los Mapuches. 

Castillo en Perú ha continuado bajo la mira de la justicia, que con pruebas suficientes ha comprobado que su familia creó una organización criminal para enriquecerse.  

¿Es Castillo un político de izquierdas? López Obrador el singular AMLO, único ser humano a quien le  tartamudea el cerebro, represor de la inteligencia,  mudo gobernante ante el mayor feminicidio, cuenta   en lo que va de su mandato con una asombrosa cifra de asesinatos: 105.804, el descarado desafuero de los Cárteles, etc.  

¿A un burdo asesino como Maduro que ha destruido a Venezuela se le puede calificar de “líder de izquierda”?  

Un gran pensador de izquierda democrática como Teodoro Petkoff ya se encargó de denunciar a este grupo de asesinos: “Chávez es un psicópata no un loco”. El 77% de la población venezolana está hoy en situación de miseria.  

¿De izquierda la pareja del terror Ortega y Rosario la Chamana? ¿Qué tal la dictadura cubana? ¿A qué obedece esta deliberada confusión semántica?  

Las conquistas de la Democracia son conquistas históricas de la razón, del individuo, del Estado de Derecho, de la separación de poderes, de la libertad de opinión, todo lo contrario a lo que se practica en estas dictaduras de medio pelo donde el ignorante impone su ignorancia.