20 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Despierte, señor Presidente

Por Nicodemo

@IvanDuque

 La emergencia mundial provocada por el coronavirus  ha dejado la situación del precio del petróleo en un segundo plano.

Todos diremos y con razón: ¿y yo qué puedo hacer? Y la respuesta es una sola, nada. La guerra que desataron dos, hasta hace poco, acérrimos aliados, Mohammed Bin Salman y Vladimir Putin (Arabia Saudita Vs Rusia) es de características económicas catastróficas, no para ellos, para nosotros.

Los precios del petróleo pasaron de $66.48 finalizando el 2019 y con los que se hicieron las  proyecciones económicas según se lee en el Plan de Negocio 2019- 2021 de Ecopetrol a $25 dólares, la dura realidad de hoy.

La acción de Ecopetrol  pasó de $3.455 a $1.380 perdiendo el 60% de su valor. Aún con un dólar históricamente caro de $4.175 que representa un 27.4% más al primer día del año que estaba a $3.277, la situación para Colombia es dramática.

Las cuentas para Ecopetrol no cuadran y se estima que si la situación no mejora y pronto, la empresa va a dejar de recibir cerca de 34 billones en ingresos.

Cada dólar debajo de los 65 significa algo así como 800.000 dólares menos al día, es decir que hoy, que el petróleo se negoció a 22 dólares, se están recibiendo 43 dólares menos lo que al cambio de $4.200 significa 144.000 millones menos, en un solo día.

Esto no es terrorismo, es lo que está pasando. Si esta situación no se revierte Ecopetrol no solo no dará utilidades, sino que por primera vez en 30 años va a dar pérdidas y ahí si todos los colombianos debemos ser solidarios y asumir estas pérdidas, seguramente vía impuestos.

Para Arabia Saudita, así como para Rusia no es delicada la situación ya que para Arabia con cualquier precio del barril de petróleo gana.

El señor Salam desafió a Putin diciendo que le cuesta tres dólares sacar un barril de petróleo y que no tiene afán de que la cosa cambie y le pelea sus clientes en Europa.

En el caso de Rusia su economía no depende del petróleo y aunque recibe al año algo así como 85.000 millones de dólares por exportación de crudo, sus negocios fuertes están por otros sectores y lo más importante es que a la fecha no ha habido quien rete a Putin y salga victorioso.

En cambio, nuestra situación es muy distinta. El petróleo significa al año 70 billones en ingresos, cifra nada despreciable. Si por ejemplo consideramos que los ingresos proyectados de la Nación para el 2020 son de 254 billones podemos observar la magnitud que el petróleo representa para Colombia.

Desde 1990 con la puesta en marcha de Caño Limón-Coveñas nos convertimos en Colombia-Saudita, nos creímos jeques y abandonamos el campo al que le dimos una mortal estocada con la firma de los TLC,  los cuales han demostrado que son absolutamente perjudiciales para nosotros y convertimos una balanza comercial positiva a una dependencia cada vez mayor de productos importados. Solo en el 2019 importamos cerca de 18 millones de toneladas en alimentos.

Pero esto no es lo más grave. Lo grave de verdad es que nuestro presidente, el doctor Iván Duque, no está haciendo nada útil por esta situación.

En cambio, países como los Estados Unidos, Suecia Hong Kong, Francia, Zimbabue y hasta Irak si están tomando medidas para proteger su economía.

Solo el señor Trump anunció medidas que empezaron a tranquilizar los mercados como la puesta en marcha de inyectar 800.000 millones de dólares a la economía, la compra de petróleo por encima de las necesidades, la ayuda a pequeños empresarios que van desde los 20.000 a los dos millones de dólares y hasta el anuncio que está considerando entregar 1.000 dólares a cada ciudadano, solo con el fin de generar flujo de la economía.

Caso similar lo hicieron en Suecia. El gobierno de Stefan Löfven inyectó 300 millones de coronas suecas directo a la economía. En Hong Kong se anunció la entrega de $1.300 dólares a cada ciudadano para dinamizar la economía. Algunos países inclusive, decidieron no atender al pánico del coronavirus y no parar su economía, como si lo estamos haciendo nosotros.

Irak ya está negociando petróleo en yuanes y rublos, abandonando la exclusiva dolarización.

Invito a que se promueva un gran acuerdo nacional para recuperar la economía. Estas medidas solo serán exitosas si hay voluntad política, jurídica y un compromiso sincero de los gremios y clanes económicos.

Solo por el placer de soñar con un país mejor le propongo que asuma siquiera uno de estos retos: la inyección directa de dinero en los ciudadanos para generar consumo, fomento del trueque a nivel nacional, libertad sin restricciones para recibir y comercializar divisas, créditos con periodos de gracia por encima de los dos años con tasas cercanas a cero, promover la construcción de 500.000 nuevas viviendas, la construcción de trenes rápidos de carga y pasajeros a lo largo y ancho del país, habilitar mil kilómetros de playa para fomentar el turismo, sembrar tres millones de hectáreas nuevas para intentar ser alimentariamente autosuficientes, modernizar las carreteras y hacer nuevas, hacer algo parecido a lo que se hizo en el mandato de Dwigth Eisenhower en 1956 con Ley de Autopistas Interestatales y de Defensa de 1956. En fin, tantas cosas que se pueden hacer sin pensar en la inflación, la regla fiscal, la balanza comercial y la tasa representativa del mercado, pero, para esto se necesita mucho valor y amor por los colombianos.

Señor presidente, está llegando a la mitad de su mandato y no ha hecho nada importante, ni la economía, ni obras de infraestructura, no ha mejorado el empleo, no ha mejorado la seguridad, la corrupción sigue igual o peor, los gastos son más abundantes, ha incrementado la burocracia, los cultivos ilícitos siguen aumentando y ni siquiera ha cumplido con acabar la corrupción entre el ejecutivo y el congreso que folclóricamente es llamada “mermelada”.

Hoy estamos viviendo una gran tormenta económica y tiende a empeorar y usted parece anestesiado o dormido, por eso le digo, despierte señor Presidente.