18 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Decidamos según nuestro criterio si nos cuidamos o nos exponemos

Por Claudia Posada

Para el caso concreto del levantamiento  gradual del encierro, que dispuso el Presidente Iván Duque y que no comparte la señora Claudia López, mandataria de Bogotá, cada ciudadano tiene su punto de vista, por lo que algunos darán la razón a su alcaldesa y otros al señor Presidente.

El asunto se complica porque hay que actuar en consecuencia, nos guste o no la medida. En Medellín, por ejemplo, se atendió la directriz de Duque.

Los argumentos para las respectivas decisiones parecen válidas para quienes se benefician con ellas, laboral o económicamente.

Aunque lo ideal es responder  racionalmente desde el análisis de las circunstancias locales frente a la permanencia del virus y cómo está impactando los datos de letalidad y mortalidad. Pero en este punto nos encontramos con una realidad: Colombia no está haciendo pruebas para tener un registro confiable, es decir, la tasa de letalidad, según estudiosos del asunto, no nos está diciendo cuántos realmente son los infectados en el territorio colombiano.

Los tests para el diagnóstico no parece que tengan el cubrimiento ideal que permita tomar buenas decisiones, además, muchos casos son asintomáticos. Esto  hace pensar que muy posiblemente existe un sub registro en el número de enfermos por el covid-19.

Si miramos en los informes por países, de cómo se comporta el avance del virus, nos encontramos que la más sabia medida para el control de la pandemia, ha sido la eficacia en la toma de muestras desde el  momento más temprano de la aparición en su territorio.

Obviamente existen otras variables favorables como un buen sistema de salud y su capacidad de respuesta con suficientes recursos humanos, físicos y técnicos.

Múltiples versiones con respecto a distintos aspectos que tocan con la pandemia mundial del covid-19 son  falsas. Otras son audios o textos que le atribuyen a personalidades reconocidas por su saber en el campo de estudios o investigaciones relacionadas con los virus, e inclusive se dan declaraciones públicas de carácter puramente ideológico o político

Por lo anterior se nos despiertan dudas y miedos normales, así que entramos a fijar posiciones a favor o en contra de este o aquel argumento o  recomendaciones, que desde luego confunden.

Que su origen está en la transmisión de animal a humano (la explicación mayoritariamente aceptada) o que se trata de un virus creado intencionalmente para “liberarse” de la población más vieja de la China, o que se trató de un error mientras se trabajaba en la búsqueda de una  cura para el VIH en el laboratorio de Wuhan donde el país asiático tiene el centro de investigación virológica.

Son hipótesis que nos alteran al común de los mortales, aunque para el mundo científico se constituyen en insumo para sus investigaciones si les encuentran algún asidero.

Entre tanto, oímos cifras de contagios, letalidad y mortalidad que ni siquiera sabemos contextualizar, como tampoco -excepto los profesionales de la salud-  estamos en condición de interpretar alguna otra información relacionada con el coronavirus 2, del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2)​ el tipo de virus causante de la enfermedad COVID-19, por la ignorancia inocultable de la que solo saldríamos siendo muy selectivos con lo que nos llega en las redes sociales y estando atentos a la divulgación de los medios tradicionales, al igual que en las  páginas oficiales e institucionales.

En este sentido, observamos que en los canales serios, responsables de lo que muestran a sus audiencias, nos presentan discrepancias entre mandatarios territoriales con respecto a directrices que debemos atender emanadas de la más alta esfera gubernamental. Es del rol informativo con equidad, anunciar toda declaración de interés público, aunque sea contrapuesta.

No son los medios de comunicación, ni las redes sociales, los que imprimen sensatez en las decisiones de los mandatarios, es su propia cordura para orientar a la sociedad. En cambio, es nuestra y solo nuestra, la responsabilidad de saber escuchar, reflexionar, y estar enterados consultando las mejores fuentes para decir por nosotros mismos conforme a nuestro buen criterio, respaldado en  la búsqueda de lo importante, desestimando la basura que confunde la mente.