Por Ricardo Correa RobledoÂ
Las elecciones para presidente están a la vuelta de la esquina y las propuestas concretas para gobernar al paÃs en el perÃodo 2026-2030 aún no se conocen. Hasta ahora lo único que hemos escuchado de este número absurdo de candidatos que hay son lugares comunes, diatribas de unos a otros, y apelaciones a las emociones más elementales de los ciudadanos, esto último seña de degradación en la polÃtica.
Sin embargo, podemos identificar tres claras tendencias ideológicas en juego: la derecha, el centro y la izquierda, con expresiones duras en derecha e izquierda, y también con una serie de matices en centroderecha y centroizquierda.
Un elemento fundamental en esta campaña, que los electores y la opinión pública estamos en la obligación de revisar permanentemente, pues es clave para la futura salud de la nación, es la idea que los candidatos y sus organizaciones polÃticas tengan sobre la economÃa de mercado y los niveles de intervención del Estado en la economÃa.
Las fuertes posiciones ideológicas al respecto representan un riesgo enorme para el bienestar de la sociedad y para el sano equilibrio de las finanzas públicas. En una derecha dura hay una absoluta confianza en el mercado y siempre inquina por la intervención del gobierno. Estas certezas inamovibles hacen que muchas funciones estatales se transfieran a privados, se reduzcan drásticamente las regulaciones a actividades económicas y se bajen impuestos; y que siempre se vean con sospecha las actuaciones del Estado, el cual es el enemigo.
En el otro extremo, la izquierda dura tiene una confianza desmedida en el Estado, el que es visto como un ente todopoderoso que lo puede resolver todo; y el sector privado es el antagonista, al que se le profesan malquerencias y es tratado inquisitorialmente.
El gobierno Petro no ha disimulado su desprecio por el sector privado y la economÃa de mercado, desde su celular trata a los empresarios de genocidas y a la codicia como la motivación única y exclusiva de las actividades económicas de los privados. Asà mismo, ve al Estado como el proveedor infinito sin fondo. Su propuesta inicial de reforma a la salud reflejaba esta perspectiva, la cual era inviable en su realización teniendo en cuenta el volumen de las operaciones del sistema y los lÃmites fiscales. Si Iván Cepeda promete continuar la obra del presidente Petro, serÃa altamente conveniente que empezara por contar cuál es su perspectiva de la acción de los empresarios y qué lÃmites tendrÃa la acción estatal en la economÃa y el mercado.
Por el otro lado, los candidatos más caracterizados de la derecha dura como Abelardo de la Espriella, MarÃa Fernanda Cabal y Vicky Dávila, empiezan a anunciar que le soltarán las riendas al mercado y el sector privado y que el Estado será maniatado en buena medida.
Estas dos perspectivas maximalistas representan un riesgo muy grande para el paÃs, ambas desconocen muchas realidades y la historia, pues a pesar de tantos problemas que tenemos en equidad y desarrollo, ha habido avances sociales y económicos gracias a una buena dupla Estado-mercado, por ejemplo, los avances en salud.
Es una mezcla adecuada, como en una receta culinaria, la que puede atender los retos que tenemos. La derecha y la izquierda pueden vendernos espejismos, fórmulas fáciles e irreales que podrÃan causar grandes traumatismos. Se recomienda prudencia.


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