5 noviembre, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

¿Cuál es la estrategia de Corina Machado para debilitar al dictador?

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Se esperan nuevas manifestaciones con una táctica diferente. No serán en un mismo lugar, sino dispersas por todas las calles, para confundir al régimen.

Por Pablo Uribe Ruan

Madrid, Comunidad de Madrid, España · Inteligencia estratégica y asesor para negocios en América Latina · Future Space S.A.

(Tomado de El Nuevo Siglo).

Hace dos meses, las estatuas de Hugo Chávez empezaron a caer en pueblos y ciudades de Venezuela. No fue una, tampoco dos. En total, cinco monumentos en honor al exgeneral socialista fueron derrumbados con cincel y palas por manifestantes que sintieron que el fin del régimen estaba cerca

Llegada la noche, también ese 29 de julio, empezó a circular en redes sociales la primera página del periódico El Nacional, en su edición del 23 de enero de 1958, que abría con: “Cayó Pérez Jiménez”. Otra vez, el pueblo venezolano parecía, 66 años después, que estuviera repitiendo un final semejante: estatuas al piso, democracia al alza. Pero ese titular, que en vez de Pérez Jiménez dijera Maduro Moros, no se ha dado.

El mismo día después de las elecciones presidenciales, el régimen chavista se encerró en el Palacio de Miraflores con la asesoría de los cubanos y la extrema izquierda internacional –muchos españoles y argentinos–, unidos por el sentimiento de que, si pierden Venezuela, sólo les queda Cuba y la Nicaragua de Daniel Ortega. Con ese propósito, han aceptado que Maduro se convierta en un dictador sin máscaras, frío, calculador y, sobre todo, torturador.

La bota militar

La dictadura de Maduro está lejos de ser comparable con el régimen de Pérez Jiménez, que tan sólo duró seis años y contó con poco apoyo internacional, además de que nunca tuvo dentro de sus filas a narcotraficantes encargados de transportar la mayor cantidad de cocaína posible a través de aeropuertos locales. Era otra cosa. Aunque se enfrentó a la misma resistencia civil: los ciudadanos venezolanos.

Nuevamente, como en aquella época, los venezolanos siguen firmes en su deseo de derrocar la dictadura e iniciar una transición a la democracia que permita restituir el marco democrático e institucional. Pero el desgaste empieza a sentirse.

El régimen cívico-militar ha detenido a más de 1.723 personas en 60 días, un lapso en el que, también, Edmundo González Urrutia, presidente electo, ha solicitado asilo político en España, generando cierto estupor en las bases opositoras que luchan en Venezuela.

A pesar de esta sensación de pesimismo, María Corina Machado sigue firme en Venezuela. Una mujer que tiene más coraje que cualquier heroína de las novelas de Rómulo Gallegos –a quien también lo persiguió una dictadura, la de Cipriano Castro.

Antes que ella, la oposición la lideraron políticos como Henrique Capriles, Leopoldo López o Juan Guaidó. De todos ellos aprendió que con el régimen es muy difícil negociar cualquier salida pactada y que a la dictadura se le presiona desde diferentes ángulos, uno de ellos la calle.

Enjambre

Este 28 de septiembre, María Corina lanzó una nueva estrategia de resistencia civil conocida como “el enjambre”. “Estamos en una nueva etapa. ¿Cuál es la clave? La organización en la base en enjambres. Lo que busca el régimen es silenciarte, es asustarte, desactivarte; por encima de todo, lo que quiere es desmoralizarte, y no lo va a lograr”, dijo en un video compartido en sus redes sociales.

“El enjambre es una organización móvil, ágil, superdinámica, sin principio ni fin. Líquida y adaptable, que aparece y desaparece, que actúa de forma descentralizada y se coordina a través de las redes sociales. Trabajamos muy coordinados, descentralizados y con astucia”, explica Machado en su video.

De convocar miles de ciudadanos en las principales calles y plazas de Venezuela, y el mundo, a dirigente opositora, ahora busca revivir los “comanditos”, grupos de 40 o más personas en cada cuadra de Venezuela, para darle fuerza a la calle y mostrar una evolución en las tácticas de resistencia civil contra la barbarie en ese país. La idea es cantar el himno y mostrar las actas electorales que prueban el triunfo de González Urrutia el 28 de julio, en cada calle, en cada lugar.

Según el analista Walter Molina, en su cuenta de X, la estrategia del “enjambre” es “en esencia, una forma de organización política basada en la descentralización de las acciones. A diferencia de las grandes movilizaciones (que ya vimos durante la campaña), esta forma de movilización se adapta mejor a un entorno de represión severa y vigilancia constante”.

“Al descentralizar las actividades en múltiples pequeños núcleos autónomos (los ‘comanditos’), la estructura organizativa es más difícil de desmantelar por parte del régimen. Este tipo de estructura adaptable se inspira en tácticas de insurgencia asimétrica, donde la movilidad y la flexibilidad superan la fuerza bruta o el control territorial”, comenta el analista Molina.

El nuevo aire que trae la estrategia “enjambre” para presionar al régimen chavista desde las calles venezolanas y del mundo viene acompañado con un aumento de la presión internacional; sin ella, como la misma Machado reconoce, resulta imposible debilitar a Maduro.

En esa línea, las últimas dos semanas la oposición ha logrado una serie de apoyos fundamentales. El primero, y más importante, es que la justicia argentina ha abierto un proceso contra Maduro haciendo uso del principio de jurisdicción universal, buscando que el dictador sea juzgado en ese país y, tras ser sentenciado, se ordene su captura por crímenes de lesa humanidad.

Además de este proceso, la Unión Europea ha reconocido a González Urrutia como presidente electo de Venezuela, siguiendo los pasos del parlamento de España, país donde está asilado, a pesar de que el gobierno de Pedro Sánchez aún no lo reconoce como el elegido el 28 de julio. La presión de Estados Unidos, poniendo una fecha límite para que Maduro entregue el poder (9 de noviembre), igualmente está jugando en contra de la tranquilidad del régimen.

La lucha por la libertad de Venezuela está siendo más larga de lo que se esperaba. Una líder como María Corina Machado, sin embargo, tiene la experiencia y la valentía para ir un paso adelante del régimen y lanzar, como este sábado, la estrategia de “enjambre”.