20 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Crónica # 77 del enchuspado maestro Gardeazábal: habrá otros carambolos cerrados

@eljodario

Comienzan a sentirse los primeros efectos económicos de la peste, pero sobre todo, de la falta de políticas agresivas, contundentes, de parte de los mocosos que nos gobiernan para reactivar al país o, al menos, para fundamentar financieramente ese futuro que se nos vino encima.

La carta que nos enviaron Lola Serna y su hijo Lucas a todos los que una y otra vez estuvimos sentados a manteles durante 25 años en el restaurante Carambolo del barrio Granada de Cali, nos pone de frente a una realidad que los mocosos no quieren ver y, sobre todo, no quieren evitar.

Ese restaurante icónico en la gastronomía caleña y que casi que fue el abanderado de convertir el barrio Granada en zona gastronómica, abre una grieta por la que se van a colar muchos otros. Pero resulta que lo mismo, y en silencio vergonzante, ha empezado a pasar en restaurantes, bares y hoteles de Medellín, Cartagena y Bogotá, si no en muchas otras ciudades del país que hasta ahora no nos han contado.

El que más de ochenta bares y tertuliaderos de  comidas rápidas de los alrededores del Parque Lleras en Medellín hayan preferido cerrar definitivamente no solo es un golpe a la economía paisa, sino un garrotazo a esa estructura turística que la capital antioqueña había venido levantando en los últimos años.

Pero el que haya esperanza en los aprestigiados restaurantes bogotanos, que tienen prensa y televisión para contar sus ahogos mientras van cerrando del todo sus puertas, no evita que en Cartagena el  cierre sea igual que en tantas otras ciudades. Pero el problema no es que se cierren. El problema es que ni para los que agonizan ni para los que resisten ni mucho menos para los que intenten volver a abrir un bar, un hotel o un restaurante, se ha oído de una gran propuesta financiera que los mantenga en pie.

Solo ofrecen pañitos de agua tibia. Colombia no es un país rico como Alemania, que puede repartir toneladas de dinero para impulsar la reapertura de negocios, para salvar aerolíneas o para entregar una prima mensual de mil euros a todas las familias que tengan hijos a su cargo.

Colombia tiene que buscar la plata, reinventando la manera de gastar su presupuesto, taponando con valentía las alcantarillas por donde se desangran corruptamente las platas del estado y borrando de un plumazo los Planes de Desarrollo que había aprobado para la nación, departamentos y municipios.

Hay que rehacer la patria con ideas creativas, no con resignación. Hay que pensar en arrancar la mitad de las 245 mil hectáreas sembradas de caña para volver a cultivar pepas y generar el cuádruple de empleos. Hay que imponer una tasa de por lo menos el 15 % a los ingresos netos del sistema financiero para mandar a hacer 2 millones de casas y generar millones de empleos, pero para regalarlas a la mitad a los clasificados en el Sisben 1 en ciudades que tengan menos de 250 mil habitantes.

Hay que refinanciar el campo dando subsidio al salario de cada nuevo trabajador que se inscriba en la Pila. Hay que crear empleo. Hay que proponer salidas. No nos podemos quedar actuando como los mocosos de toda la vida que nunca se les ocurría nada ni siquiera limpiarse los mocos.

Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal.