23 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Crónica # 75 del enchuspado maestro Gardeazábal: No solo Malagón, todos los ministros al oftalmólogo

@eljodario @IvanDuque

En la crónica # 71  hice referencia a que el único ministro de este gobierno de mocosos que se había atrevido a dar un paso adelante para reactivar al país que se vino de bruces había sido  Malagón, el de Vivienda, el más joven de todos. Advertí eso sí, que debería ir al oftalmólogo para que viera la realidad de Colombia y decretara de acuerdo a ella, no a sus sabias teorías económicas en el papel.

Su propuesta de revivir los subsidios para vivienda hasta de 400 millones de pesos estaba condenada a no ser bien recibida.

Al país le metieron miedo con la peste. A casi 5 millones de personas según el Dane  los dejaron sin empleo los métodos medioevales de combatir el corona virus 19.

Lo único verídico hacia el futuro es la incertidumbre y nadie se va a comprometer a pagar cuotas a 30 años para hacerse a una casa con la inseguridad jurídica que nos caracteriza.

Pues bien de 7 constructores con quienes he hablado 5 me dan la razón. No se le miden a la aventura de edificar. No creen que haya clientes tan pendejos.

Pero si a Malagón se le ocurrió esa medida con la buena intención de adelantarse a lo que se nos vino encima, ¿por qué los otros ministros de este gobierno mocoso no modulan propuestas para revivir e insisten en resistir con los pañitos de agua tibia, con los mercaditos, con las ayudas de 160 mil pesos mensuales a familias en acción y con todo ese esquema asistencialista que calma pero no revive? ¿Será acaso que ellos deben ir al oftalmólogo para que vean lo que nos está pasando y deduciendo la magnitud de lo que se avecina  proponga salidas ingeniosas?

Tenemos a más del desempleo, 80 mil comercios cerrados definitivamente según Fenalco. Habrá que encender las térmicas en enero porque el agua no cayó a las represas y sin energía no hay reactivación.

Habrá que buscar solución definitiva al sistema carcelario y ver que se hace con focos como los de las cárceles de Villavo y Cartagena. Y aunque no les guste a los mocosos, hay que ir haciendo balance de responsabilidades sobre como por ejemplo por qué dejaron entrar 862 infectados del exterior  por los aeropuertos y salvo a los que entraron por el José María Córdova en Medellín, a los otros no les hicieron el seguimiento debido.

Valdría la pena saber si la demora de los mocosos en cerrar El Dorado se debió al deseo de proteger a Avianca de la quiebra donde finalmente caería o una falta de sensatez propia de un novato feliz  que malgastó su dignidad y mando posando de presentador de noticias todas las tardes.

Y, de todas maneras, ir valorando si el remedio de la prolongada cuarentena en vez de salvarnos nos dejó con el virus galopante, la economía vuelta añicos, la desconfianza en los mocosos que nos gobiernan y a los viejitos arrumados como chécheres en el cuarto de rebrujo.

Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal