19 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Crónica # 73 del enchuspado maestro Gardeazábal: Principio tienen las cosas

@eljodario @Minsalud

Uno sabe dónde comienzan las cosas pero no dónde terminan.

Lo que muchas veces había pasado, que un policía blanco matara  a un negro, dio comienzo a uno de los momentos más estruendosos de la vida norteamericana, que parece crecer hora tras hora, ciudad tras ciudad.

El que cuarenta grandes concentraciones urbanas según CNN, desde Washington la capital del imperio gringo hasta Los Angeles, hayan tenido que decretar  anoche toque de queda para poder al menos referir las protestas por la muerte de George Floyd y aminorar los incendios, saqueos y pedreas hace pensar que la pandemia del corona virus no vino sola. Y, lo que es peor, que Estados Unidos no estaba vacunado contra ese desasosiego social que ha venido sintiéndose en el mundo por los efectos cada vez más devastadores y cada vez  menos ocultables del neoliberalismo.

Cuando los manifestantes llenaron las calles de Hong Kong y arrasaron con el metro de Santiago y se  estuvieron casi dos meses destruyendo supermercados y centros comerciales a lo largo de la geografía chilena, nadie pensó que algo igual, o peor, podía suceder en el territorio que de manera abusiva, atronadora y humillante gobierna el señor Trump. Pero así fue cuando la protesta contra la guerra de Vietnam se fue volviendo unánime y en Francia el mayo del 68 terminó derrocando al mítico general De Gaulle.

Estamos viviendo un momento álgido y las consecuencias son tan imprevisibles como las que nos aventurábamos a temer que nos iba a pasar con la pandemia del corona virus.

Es la estructura neoliberal que todo lo privatizó para volverlo rentable la que está temblando. Es la equivocación de haber adoptado un método medioeval como el de las cuarentenas y los encierros para combatir la peste, lo que ha servido de caldo de cultivo para estos estallidos sociales.

Esas marchas agresivas de ayer en Estados Unidos y las que pueden venir como bola de nieve pondrán al señor Trump contra la pared pero resquebrajarán entre tanto al aporreado mundo de Wall Street y todos, banqueros y políticos, expertos economistas y atrevidos analistas buscarán una isla para salvarse de la inundación que parece venirse sobre el mundo convencidos que si la dejan crecer, si no la contienen o la canalizan puede llevarnos a una debacle en el peor momento, cuando no hay lideres verdaderos al mando y la desconfianza reemplazó la esperanza.

Ya sabemos donde comenzó todo, esperemos a verificar dónde y cómo termina.

Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal