19 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Crónica # 658 del maestro Gardeazábal: cataplum Ortiz y pinturita Quintero

Gardeazabal


@eljodario

El degradante espectáculo que montó la candidata a la alcaldía de Cali, Catalina Ortiz, con el apoyo por redes del alcalde de Medellín, Daniel Quintero, ha terminado poniendo a cada uno en su sitio reconociéndolos por sus remoquetes artísticos de la Cataplum Ortiz y Pinturita Quintero, y no por sus experiencias políticas.

La puesta en escena, como lo llama la dama presuntamente ofendida, contó con la colaboración de un actor, que desde el carro le tira a la candidata un vasado de agua, y con el estruendo publicitario del alcalde de Medellín, que hasta ofreció diez millones de pesos de su bolsillo (no del tesoro paisa) a quien identificara al actor de marras.

Lo que buscaban la Cataplum y sus partidarios era una nombradía pública, abusando tal vez delictivamente del respeto que ha ido creciendo en los últimos años por las mujeres, pues alcanzó dizque a presentar falsa denuncia aun siendo conocedora y actriz de la farsa. Lo que pretendía el alcalde de Medellín, que tiene a Dennison Mendoza como candidato oficial de su agrupación política en Cali, es mucho más difícil de comprender por lo arrevesado y casi peligroso que resultaría analizarlo.

Por supuesto, admito que la manera de hacer política ha cambiado vertiginosamente. Que el atrevimiento y la grosería para causar impacto, no se ahorran.  Y, sobre todo, que los manejadores de imagen y los asesores políticos que contratan los candidatos saben de vender condones y jabones anticaspa, pero no de convencer electores. Algunos aciertan como en el baloto. Otros se estrellan y se estrellarán repetidamente con lo que les soplan ciertos consejeros curtidos de derrota en derrota, como el que tiene el candidato Tulio Gómez, el del América.

El aguerrido comerciante y dirigente futbolero, pero muy novato en lides políticas, tiene como su controlador de vuelo a un perdedor eterno, vencido estruendosamente en muchas elecciones, creyendo quizás que la política es como los balones de fútbol.