29 marzo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Crónica # 605 del maestro Gardeazábal: el aceite de la bisagra

@eljodario

¿Puede Colombia tener futuro si la corrupción se la carcome por todas sus hendijas? ¿O más bien esta patria mía marcha hacia el futuro porque se ha acostumbrado a recibir u ofrecer una prebenda adicional para poder ver realizada cualquier gestión ante quien administre poder público o privado?

La frase que aceita todas las bisagras del funcionamiento del país es: “¿y cómo voy yo en esa vuelta?” Los colombianos nos habituamos tanto a ver extorsionar con el poder que esa tan manida y corruptora frase la abreviamos con tres letras C.V. Y.

De tal manera al pronunciarlas evadimos la responsabilidad si quien recibe o pide la oferta estuviese siendo grabado por algún audio o video.

Semejante habilidad de usar el lenguaje puede ser muy colombiana, pero la extorsión ha sido eterna cuando se ejerce el poder. En la historia abundan los testimonios desde que los romanos eran imperio y el Gengis Khan reinaba en China. Nos hemos acostumbrado tanto a su existencia que todo presupuesto lleva un porcentaje en el gasto como previsión para esa clase de pagos de manejo. Y si no se incluyen y no se pagan, casi nada funciona o sale adelante.

No importa la dignidad de quien recibe o entrega el aceite que hace funcionar la bisagra. Puede ser el secretario del juzgado para agilizar o demorar un fallo. Puede ser el policía para imponer o no un parte. Puede ser la secretaria para que coloque el documento sobre el escritorio del gerente.

No hay, límites, aunque a veces los medios de comunicación prefieren agrupar a sus actores bajo la denominación de carteles cuando se trata de altos funcionarios del estado o de presidentes de las grandes compañías que pagan o reciben las coimas.

Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal.

Quizás seamos individualistas al extremo y no creamos en el trabajo en equipo. Quizás nunca hemos cambiado la escala de sueldos y remuneraciones y como todos aspiramos a ganar un poco más, todos somos actores y propiciadores de esta corrupción que nos arrasa. ¿O acaso la falla estará en la educación hogareña o en la escuela?