29 marzo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Crónica # 55 del enchuspado maestro Gardeazábal: Decreto chimbo

@eljodario

Si algún acto gubernamental ocasionado por la peste del corona virus 19 que nos afecta ha resultado inocuo es el decreto 546  del 15 de abril, por medio del cual se pretendió descongestionar las cárceles.

Mañana se cumple un mes de su vigencia y según los datos publicados no han salido a prisión domiciliaria ni 500 presos. Mientras tanto en las cárceles se completan ya un poquito más de mil presos afectados con el virus fatídico.

En otra palabras, un fracaso. Ni se previno el aumento del contagio ni se logró disminuir el hacinamiento en las cárceles. Por supuesto esto sucede por una razón estructural y por otra razón temporal. Estructuralmente porque este país tiene una hibridación de la justicia latina con la anglosajona y el resultado ha sido el de congestionar cada vez más el aparato judicial y alejarse, curiosamente, en la misma medida de la aplicación de los adelantos modernos de la comunicación y la investigación.

En otras palabras, porque hemos creído que el procedimiento norteamericano de tratar de corregir el comportamiento ciudadano abarrotando las cárceles y elevando las penas a cualquier delito que se repita con insistencia no ha logrado evitar que no se cometan y, por el contrario, ha puesto en el mercado negro de las negociaciones las prebendas que se conceden o las determinaciones finales que se adopten.

Traído al día de hoy, con el problema del hacinamiento y de la peste, el decretico de marras no puede solucionar el problema porque le aplicaron tabla rasa a una justicia punitiva que más parece un potrero lacustre porque tiene unas categorías diferentes de juzgamiento y condena que parecen charcos, y no una carretera pavimentada como debería ser.

Por otro lado el problema es temporal. Como Colombia ha soportado en las últimas décadas una larga guerra de guerrillas y un avance descomunal del narcotráfico que terminó por unirlos, los delitos que más concurren son los que se dictan desde Washington a jueces, fiscales y magistrados.

Abrir la hendija enviando a prisión domiciliaria a lavadores de activos, exportadores de cocaína, contrabandistas o sobornadores puede contrariar seriamente el criterio con el que se financian las distintas ramas de la justicia con los dólares de la ayuda norteamericana.

Así entonces el decretico 546 no sirvió para nada porque, al menos temporalmente, al gobernante no le preocupa contrariar ni a la embajada americana ni a los designios poderosos de Washington ni a la moralidad decimonónica que predican en la Sergio Arboleda.

Es decir, por temor a los gringos resultaron los  redactores del decreto más santanderistas que los leguleyos que hemos soportado por 200 años sacrificando la evolución del país por salvar el cumplimiento del inciso o del parágrafo.

Las cárceles seguirán llenas ,los presos dizque cubiertos en sus necesidades de salud por La Previsora que ni sirve de EPS ni presta servicios de IPS pero que se quedó con el contrato gracias a la escalera Uspec/Fondo/Fiduagraria.

Y los presos como son presos y muchos compatriotas ya dejaron de  catalogarlos como seres humanos… pues que se mueran.

Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal