16 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Crónica #47 del enchuspado maestro Gardeazábal: Dejaron contagiar 657 presos

@eljodario

A este país no lo conmueve nada y a sus gobernantes sí que menos.

No fue suficiente la muerte con armas no especificadas, de 25 internos de la cárcel Modelo en Bogotá luego de unas protestas ante la inminencia del corona virus dentro de las prisiones.

Para los medios, la noticia se olvidó 24 horas después camuflándola en la cuarentena que comenzó a regir con dureza por esos mismos días.

Para el gobernante fue la disculpa que lo llevó expedir un decreto, pedido a gritos por los abogados penalistas, para dizque descongestionar las cárceles pero que a la hora de verdad resultó inocuo porque fueron más las excepciones tanto así que apenas si ha logrado llevar a prisión domiciliaria  a 3 mil y pico de presos.

Por esa misma semana se denunció que en el centro penitenciario de Villavicencio existía un foco de contagio del coronavirus 19. La respuesta de los medios fue minimizar la noticia.

La respuesta del INPEC, que hace parte del gobierno, fue la de actuar torpemente ordenando el traslado en busetas del organismo penitenciario de varios presos infectos para correr el riesgo de regar la peste en otras cárceles.

Y para el ministerio de Salud y la Casa de Nariño, fue la oportunidad perdida para conseguir el apoyo de la ONU, la OMS y las universidades que estudian la peste china pues en pocos sitios se podrían desarrollar investigaciones, tomar medidas y hacer experiencias positivas contra la enfermedad como en una cárcel y en esas condiciones.

El resultado le debe dar vergüenza al jefe de la tribu que todos los días modera un panel de aplausos invocando o despilfarrando su dignidad presidencial y sobre todo nos debe dar vergüenza a cada uno de los colombianos que no hemos hecho nada, ni vamos a hacer algo ante semejante problema.

Ayer se anunció por parte de las autoridades de Villavicencio, que en esa cárcel hay 657 infectados de corona virus.

El Tiempo lo tituló en su páginas web, pero lo traspapeló en la edición impresa. Y los otros medios, poco o nada se interesaron. Pero lo grave es que no se dice ni mu por parte del jefe de la tribu, ni de ninguna de los centenares de ONGs que dicen defender los derechos humanos.

Lo gravísimo es que el criterio de que los presos son  material desechable de la sociedad ha terminado por imperar en Colombia.

Ahora solo nos falta que el Congreso populista apruebe más leyes creando o aumentando las penas de cárcel por cualquier clase de delitos para dizque lograr la corrección disciplinaria y en vez de arreglar el problema de los hacinamientos lo agravemos.

Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal