25 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Crónica # 455 del maestro Gardeazábal: hasta la sal se corrompe 

@eljodario 

Una cosa es informar desde antiguos y prestigiosos medios del país y otra camuflar una noticia vergaja para defender los intereses económicos de quien la redacta o la patrocina. 

Pero por estos días, gracias al mundillo de las redes que con su anarquía nos filtra información, comprobamos que están pasando ambas cosas y que ponen a pensar a cualquier curtido lector de los agonizantes medios.  

El día 14, reunidos con mucho empeño, y después de varias semanas buscando el arreglo, un grupo de colombianos liderados por el metódico Alfonso Giraldo, entre ellos acreedores, proveedores y dueños de locales que ocupaban los almacenes Justo y Bueno hicieron público que acogidos a las normas vigentes se unen a la intención de capitalización y salvamento de esa cadena de almacenes de venta masiva y barata.  

Estarán acompañados por Deloitte y por el deseo de muchos clientes compradores que aspiramos a verlos revivir.  

El día domingo 17, tres días después, en página entera en El espectador, apareció el aviso de apoyo con los logos de 52 empresas que se unen a este coro tan necesario para la situación actual de Colombia. 

Desgraciadamente ayer, 18 de julio, nos encontramos con que el periódico de don Luis Carlos Sarmiento Angulo, el hombre más rico del país y del grupo Aval, titula a toda la segunda página “Se acabó el plazo a Justo y Bueno para el plan de salvamento”, lo que puede engendrar cualquier reacción del lector desprevenido o desinformado y, por supuesto en este país de envidiosos, una cadena de pesimismo cuando no de descreimiento. Y como cuando se lee la nota, y se ve también a los reporteros de Caracol TV aupando a los descreídos y no a la esperanza, uno comienza a sospechar que detrás de esta quiebra debe haber más de un promotor de ella o varios jugando a la venganza que nos corroe.  

Desconozco, y no quiero imaginarme, las relaciones comerciales que puedan tener los apretados dueños de Justo y Bueno con el grupo del señor Sarmiento Angulo o el grupo Santodomingo, propietario de Caracol TV y de la competencia con D 1. Pero así las tuvieren, negarse a la noticia real para promover el negativismo y no permitir el salvavidas a Justo y Bueno, hace pensar muchas cosas.  

Los señores Sarmiento y Santodomingo bien pueden no estar al detalle de las noticias económicas que se suceden a diario en este país y menos aún qué se van a poner a revisar titulares e información que sus empleados publican.  

Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal.

Pero cuando uno reconoce el veneno que alimenta el dinero o sospecha de la habilidad de quienes manipulan una noticia para tirarse en un acto heroico como el que ha logrado concretar Alfonso Giraldo y su compañía de loby y consultoría, cojámonos la cabeza con la mano y aceptemos que hasta la sal se corrompió en este país.