19 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Crónica # 34 del maestro Gardezábal: Esclavos de los gringos

@eljodario 

Cada día que pasa nos vamos convirtiendo más y más en esclavos del imperio gringo. Somos una especie de colonia no declarada o de un protectorado norteamericano. La actitud del Consejo de Estado de anular velozmente la tutela que había puesto 24 horas antes en calzas prietas al director del magazín de tv de la 6 de la tarde por la que le obligaba no permitir más la presencia de soldados gringos en territorio nacional sin antes de haberle pedido permiso al Senado de la nación, es apenas una expresión de la repetida actitud de obediencia y sumisión a las directrices de Washington. 

Todos, desde quien llega a la presidencia o es elegido magistrado de las altas cortes. Todos, no quieren contrariar al gringo. Le obedecen a pie juntillas. Desde hace años nuestra economía, nuestra justicia, nuestros militares, nuestra policía, nuestros jueces, dependen cada vez más de la voluntad del imperio gringo. La manera oblicua como admitimos la extradición de nuestros conciudadanos para que los juzgaran allá, ya fueran narcos o paracos o guerrilleros o simples delincuentes, es la demostración de la ineptitud nacional para ser un país independiente y soberano.  

Lo que acaba de suceder con la presencia de las tropas gringas, ha venido sucediendo desde antes que perdiéramos a Panamá y cuando dijeron que los marines construirían una escuelita en Juanchaco fue igual, y con fuerza silenciosa ha sido igual desde que se permitieron bases aéreas conjuntas. Todo es igual de denigrante de nuestra capacidad de ser una patria libre, soberana e independiente a lo que ha pasado ahora, cuando se ha permitido por un simple decreto, sin cumplimiento de las normas constitucionales, que el señor Trump nos mandara una cuadrilla de sus soldados de vigilancia a dizque ayudarnos a restringir el tráfico de la droga prohibida que producen nuestros campesinos y/o narcotraficantes y que sus ciudadanos gringos consumen en el más alto grado de sinvergüencería. Hemos sido esclavos de los gringos, obedientes a ellos. Poseer la visa norteamericana es mucho más importante para la mayoría de compatriotas que tener la cédula de ciudadanía. Obedecer a los designios de la Casa Blanca, haya o no elecciones presidenciales en ese país el 3 de noviembre, es, ha sido y seguirá siendo una costumbre colombiana que nos clasifica como lo que somos. Por eso el Consejo de Estado ha considerado que, en asuntos de tropas gringas, la claudicación presidencial está acorde a la interpretación que ellos hacen de la Constitución no al espíritu libertario que debieron tener quienes la redactaron en 1991 pero que hoy, aunque muchos están vivos todavía, no protestan y doblan la cerviz ante el gringo abusivo porque van y pierden la visa o los sanciona la OFAC.

Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal.