24 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Crónica # 293 del maestro Gardeazábal: La paja en el ojo ajeno

@eljodario 

La mejor demostración de la verdad milenaria de la Biblia se está demostrando por estos días en Colombia.  

En un tonito más de agente de la SS hitleriana que de dependiente del Ministerio de Hacienda de Colombia, un funcionario ha salido por los medios a explicar la infamia miserable que su oficina ha cometido dizque en nombre de la ley contra la poeta Maruja Vieira, una anciana de 99 años, por el delito de llevar recibiendo hace 408 meses dos míseras pensiones al tiempo, una del ISS y otra de Cajanal. Ese funcionario, del riñón directo del ministro de Hacienda, se ha vanagloriado porque ha encontrado dizque 94 casos más idénticos a los de Maruja Vieria White, la jubilada y honrada poeta.  

Como todo lo ha medido con la tabla rasa de ignorar la vigencia de los derechos pensionales adquiridos por quienes se jubilaron antes de 1992,como en el caso de la poeta, el celoso moralista ha sido superiorísimo y efectivo con los débiles y ciego con los verdaderos ladrones. 

Yo no conozco al señor ministro de Hacienda. Me ha parecido un tipo sensato y luego de que vi cómo sacó avante la reforma tributaria que Carrasquilla quería usar para masacrar a los colombianos y la volvió texto razonable, digerible y pagable, apalanqué mi buena impresión. Pero en menos de 15 días, el Minhacienda Restrepo ha derrumbado ese aparataje que lo podía hacer incontrovertible. En primer lugar, se abstuvo de prescindir de los servicios del director de la DIAN pese a que el mismo funcionario reconociera que había abierto una cuenta en un paraíso fiscal para capar impuestos en Colombia. El escrúpulo mínimo que debe tener un ministro de Hacienda no apareció por parte alguna. No le importó que sea el mismo director de la DIAN quien vaya a investigar a los otros 580 colombianos con cuentas capadoras de impuestos según los papeles de Pandora. Y ahora, para completar, el ministro de Hacienda se ufana a través de su funcionario de estar encontrando ancianitos como Maruja Vieira por cobrar pensiones legales no mayores a los dos millones y piquito. En cambio ni Minhacienda, que gira las platas, ni nadie de su entorno se declaró turbado o responsable por la traspapelada del anticipo de los 70 mil millones del Mintic. Al ministro y a su funcionario que vigila las pensiones les resulta más importante buscar la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio.

Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal.