@eljodario
Para adelantarse al obligado proceso de reestructuración que debe sufrir la PolicÃa Nacional luego de estas jornadas de sangre, dolor y esperanza, el gobernante, fiel a su estilito de anunciar a cuenta gotas las pendejadas que va a realizar, ha anunciado que hará una reforma a esa institución y que para significarlo, cambiará los uniformes verdes por azules. Más mala presentación no pueden darle a la solución de una necesidad.
El problema no está en el color del vestido que lleven los policÃas de Colombia. El problema está en el interior de la fuerza armada que perdió el carácter universal de gendarmerÃa en la medida en que la fueron involucrando en la guerra de guerrillas. Si cuando don Carlos HolguÃn la fundó en 1891 y trajeron a Marcelino Gillibert desde su Francia nativa a organizarla, la policÃa era una gendarmerÃa, ahora deberÃa serlo de nuevo y fundamentalmente. Si durante la Guerra de los Mil DÃas desapareció y tuvo el general Reyes en su presidencia que apelar de nuevo a Gillibert y López Pumarejo en 1936 trajo a la misión chilena para que le diera estructura prusiana y la volviera cuerpo civil dependiente de alcaldes y gobernadores. Si de la misma manera el 9 de abril de 1948 vuelve a perder su carácter al convertirse en partidista y rebelarse en las principales ciudades y regiones contra el presidente Ospina Pérez, ahora deberÃamos volver al menos a una hibridación de ella. La solución que entonces se dio para revivirla, apelando a mi paisano el coronel Rojas Scarpetta, ha caducado por descomposición interna de sus engranajes. Debe volverse a la noción de gendarmerÃa, pero empezando por revivir el espÃritu de formación humanÃstica que tuvo hasta hace 35 años y no el de alfiles mal pagados en la batalla contra la guerrilla. Y eso se logra no con una ley o cambiándoles el color a los uniformes sino reestructurando con técnicas modernas a las Escuelas de PolicÃa, que perdieron su efecto, cuando por la urgencia de la guerra, Uribe Vélez resolvió formar y graduar policÃas cada 6 meses, no en los 3 años que antes duraban sus estudios y preparación. Solo con policÃas bien formados en respeto a las normas y a su profesión de gendarmes y con una estructura de sanción al que contrarÃe las normas, y de recompensa económica en su sueldo al que cumpla con los derechos ciudadanos reconocidos por la Constitución, podrá hablarse de una verdadera reforma y tener esperanza en ella como guardiana del orden civil.

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