29 marzo, 2024

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Crónica # 172 del maestro Gardeazábal: Don Florentino tenía razón

@eljodario 

Don Florentino González fue un personajón de la vida nacional en los años posteriores a la independencia. 

Santandereano de recio carácter y de una altivez hiriente hizo parte de los conspiradores que aupados por la envidia leguleya del general Santander pretendieron matar a Bolívar en una noche de septiembre. No lo arredró ni la prisión en Bocachica ni el exilio ni el fusilamiento del Almirante Padilla.  

El país postbolivariano le perdonó sus pecados de la edad temprana y lo llevó a ser, unos años después, ministro de Hacienda y de otras carteras hasta volverse la sapiencia jurídica y hacendística de la Colombia que apenas se forjaba. 

Partidario del federalismo como lo fue del librecambismo, pudo con su verbo y su inteligencia sobreponerse a la polarización que ha acompañado siempre a este país a lo largo de la historia, hasta que lo nombraron Procurador en 1854 y, validado en los honores y dignidades que daba ese cargo, le propuso al Congreso que la entonces Confederación Granadina se uniera a los Estados Unidos y pasara a ser una provincia dependiente de Washington. 

Creía Don Florentino a pie juntillas en que los problemas de nuestra patria se arreglaban con la plata y el poder de los gringos y que solo así romperíamos el cordón umbilical dañino de la estructura española y católica que nos ahogaba hacia el futuro. Fue la gran equivocación de don Florentino. No importó que estuviera casado con una de las Ibáñez que manejaron a Colombia desde sus sábanas salpicadas del humor de tantos hombres poderosos que nos gobernaron. 

El país no le perdonó esa propuesta de que nos volviéramos gringos por una ley del Congreso y toda la popularidad y respeto que había ganado hasta entonces se derrumbó por completo.  

Salió de Colombia. Ejerció hasta su muerte la cátedra de Derecho y Hacienda Pública en Santiago y Buenos Aires donde murió.  

En Colombia lo acusaron de traidor a la patria, de vendepatrias y de otro trisagio más salido de la boca de los patrioteros católicos que no midieron todo lo que como solución encerraba que nos hubiésemos vuelto gringos. 

Por estos días, cuando esa patria que decimos defender con tanto ahínco está en manos del peor mandatario que hemos tenido y coincidentemente en el peor de los momentos de su historia, me atrevo a pensar que don Florentino tenía razón. Que si su propuesta la hubiesen aceptado en 1854 nos habríamos evitado todo lo malo que hemos pasado y hoy seríamos el estado 51 de la Unión Americana y no iríamos a la guerra civil por ser partidarios de Trump o de Biden, mucho menos como nos llevan ahora a librarla estúpidamente por defender a los indios del Cauca o defender a los blancos de Cali.

Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal.