24 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Crónica #134 del enchuspado maestro Gardeazábal: Fracasamos: Llegamos a 10.000 muertos

Hoy, cuando hemos llegado a contabilizar 10 mil muertos en Colombia por el corona virus todos los ciudadanos de este país, menos el director del magazín de TV de las 6 de la tarde, estamos convencidos que los sacrificios que hemos hecho, las incomodidades que hemos pasado, las largas cuarentenas, la falta de empleo, las hambrunas, todo, finalmente no sirvió.

Nos dijeron que el país se había adelantado a los hechos graves y que decretaba la cuarentena el 18 de marzo para preparar los hospitales y clínicas, adquirir los respiradores que hacían falta, pero sobre todo educar a autoridades y gobernados en el manejo de la peste. Si lo hicieron, no sirvió y hoy tenemos a Bogotá y a Medellín con el agua al cuello y la peste regándose. Los viejitos se siguen muriendo y los niñitos enloqueciéndose sin poder salir.

Nos engañaron, nos engañamos, con estadísticas chimbas. No fuimos capaces en cinco meses de pasar del millón de muestras recogidas para saber cuántos infectados había y como salvo los casos positivos que se agravan a los demás los mandan para la casa a manejar la peste con remedios caseros y encierro hasta que se pongan graves o se curen por sí solos, finalmente el número de infectados apenas entretiene a los epidemiólogos con sus curvas, cifras y proyecciones.

Nos encerraron a los ancianos y a los niños. A estos últimos no los dejan entrar ni a las zonas comunes de los condominios. Trataron de sembrar el terror a la enfermedad y ni eso fueron capaces.

Fue un fracaso estúpido, porque ya se sabe que los niños no se contagian y que por razones biológicas los ancianos siempre tendremos muchísimas más posibilidades de morirnos que de salir vivos a contar el cuento.

Les decretaron, les siguen decretando toques de queda a muchas poblaciones para que la gente no salga. Pero como el colombiano es de por si desobediente y el que nos gobierna no saca un chivo a miar, ni le obedecen ni le paran bolas. La gente sigue rumbeando, los jóvenes apuestan a no contagiarse viviendo el mundo como una aventura, pretendiendo que no hubiese llegado la peste.

Les han sacado el jugo a médicos y paramédicos, a todos los sanitarios, como los llaman en Europa, pero de parte de ese gremio no ha surgido el antídoto que pare esta terrible enfermedad sin tener que ir a una UCI donde se mueren el 65 % de los que ingresan.

Y cuando algún médico atrevido o unos gobernantes como los de Cali y el Valle recomiendan la ivermectina más la azitromicina más el anticoagulante más el corticodie, la aplastan los generadores del terror porque dizque son medicinas no comprobadas.

Fracasamos, no hay la menor duda. 10 mil muertos es demasiado para responderle a la historia. Hablar pendejadas todos los días a las 6 de la tarde no es gobernar. Mucho menos que con esa baboseadera diaria se consigue hacer frentes comunes para disciplinar y convocar a un país al pie del abismo económico donde parece que va a caer.

Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal