23 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Crónica # 133 del maestro Gardeazabal: Ni zurdos ni diestros

@eljodario 

Raddar realizó la semana anterior una muy amplia encuesta en las 5 grandes ciudades del país para encajar dentro de las denominaciones de moda el pensamiento político de los colombianos.  

En un país en donde la izquierda nunca fue izquierda sino comunista o revolucionaria y la extrema derecha siempre fue godarria, y en donde también los liberales solo tenían como contradictores a los conservadores. En un país en donde apenas hemos tenido dos dictaduras militares en 2 momentos de historia, la fugaz del general Melo y la desarrollista de Rojas Pinilla y en donde los fenómenos más grandes no fueron las 19 guerras civiles sino “La violencia” que nunca fue declarada guerra y la aparición de las guerrrillas procomunistas y de los narcoparamilitares aliados con las fuerzas uniformadas, que no dizque hicieron la guerra, sino que ocasionaron un conflicto. 

En un país como este, lleno de tantos eufemismos, buscar quien es de izquierda, quien de derecha o quien de centro, no es fácil y más parece un forzado de pecho para escapar de la cornamenta de la triste realidad constituida por ese si el gran trauma de la historia patria, el hecho de que los partidos políticos se acabaron. 

Hicimos nación, hasta intentamos formalizar un estado, pero sin copar con la autoridad constitucional todo el territorio. Progresamos desde los caminos de herradura a las autopistas de 4 carriles. Saltamos de la mula al avión. De los televisores blanco negro que trajo el general Rojas Pinilla a la nunca bien instalada red de antenas de internet. Todo eso y mucho más lo hicimos porque los partidos políticos nos ayudaron a civilizarnos y a entender el futuro que se nos venía encima. Pero abusamos tanto de ellos que los fuimos convirtiendo de ser el canal más expedito para manifestar el sentimiento popular, a llevarlos a aparecer solamente como la máscara de las agremiaciones de las empresas contratistas que controlan la política nacional. Forzar entonces a un país sin partidos políticos a decir si es de izquierda o de derecha, de centro o de lo que inventen, es negarse a la realidad porque en el fondo lo que somos es un país caudillista porque hemos sido tan cómodos que preferimos ser uribistas o petristas, lleristas o turbayistas, laureanistas u ospinistas.

Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal