19 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Crónica #128 del enchuspado maestro Gardeazábal: Fracasamos

@eljodario

Cuando se escriba la historia de la humanidad por parte de los nietos de los nietos de los que hoy no terminan de contar el cuento sobre lo que han tenido que hacer para resistir médica económicamente o anímicamente durante esta prolongada cuarentena, seguramente dirán que el desconocimiento absoluto del corona virus 19, más conocido por covid-19, llevó al mundo a ensayar todos los métodos posibles para evadir la enfermedad, no para curarla. Tal vez allí fue el primer fracaso. Y, seguramente, recalcarán que la falta de unidad entre las 200 naciones existentes en ese momento y la falta de un líder mundial reconocido hizo alejar por meses la posibilidad de encontrar el antídoto y demorar la búsqueda de una vacuna que hiciera olvidar la amenaza.

Tal vez allí también estuvo el fracaso. Como tal, entonces, a los que lograrán sobrevivir y dirigirán el mundo dentro de 30 años, los llamarán “los hijos de la generación fracasada”. Y no estarán equivocados al calificarla así porque a este momento la derrota de la peste no parece ni tan apabullante ni tan pronta y más huele a fracaso que a evolución. Los que emplearon a rajatabla los métodos medioevales del aislamiento absoluto, como Italia, Francia y España, están viendo unos rebrotes de la enfermedad que tal vez se agudicen cuando vuelvan los fríos del otoño y el invierno. Y los que autorizaron el uso de medicamentos presuntamente milagrosos como la ivermectina y la hidrocloroquina, parece que no podrán cantar victoria ni en USA ni en Brasil.

Hasta ahora lo que se sabe, 150 días después de que apareció el maligno virus, es que los pacientes que mejor responden son aquellos tratados con un coctel de anticoagulantes, antibióticos de última generación e hidrometazona y quienes respiran no con pulmones artificiales sino acostados bocabajo. Así mismo se ha ido corroborando que el virus se contagia más fácilmente en espacios cerrados y con ventilación artificial y se evita en espacios abiertos y entre gente que recibe más frecuentemente la luz solar. Y, sobre todo, que ya existe el tapabocas portugués MO que ataja al 99% el virus y no demorará en ponerse de moda en todo el mundo.

Probablemente en el futuro habrá más y mejores memorias de lo sufrido por pacientes que se escaparon de las garras de la muerte y, sobre todo, experiencias científicas contadas por médicos y paramédicos que ayudaron a vivir o morir a los pacientes.

Mientras tanto a nosotros, los colombianos, nos llega el viernes 31 de julio, este viernes, el final de la cuarentena acercándonos a 500 muertos diarios, precipitándonos sin flotadores ni salvavidas en una quiebra económica que más parece un océano de dificultades y sin quien nos conduzca con confianza y vigor al otro lado de este abismo donde sentimos ya que nos precipitamos fracasados.

Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal