28 marzo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Crónica # 127 del enchuspado maestro Gardeazábal: somos una colonia sumisa

@eljodario 

El señor Trump nos quiere llevar al mundo, y en especial a los colombianos, a una confrontación con Venezuela y por ende con Putin y Xi Pi que apoyan a Maduro. 

Es su estilo, primero amenaza, después negocia. Y como su torpe manejo de la peste del corona virus le ha hecho derrumbar en las encuestas su esperanza de ser reelegido, ahora que le ha concedido el perdón judicial a su peligrosísimo asesor Roger Stone, quiere armarla contra la China a como dé lugar y al mismo tiempo contra Rusia y sus espías. Y, lo que es peor, busca con desespero que sus aporreados socios de la UE y la OTAN le apoyen en la construcción de ese “enemigo exterior” que tanto sirve para unificar criterios y perdonar errores a un mal presidente cuando se le acaba la zanahoria que mueve al caballo. 

Colombia corre el peligro de ser usada para esos fines electorales de Trump construyendo con la venia de su doblegado gobierno y el pánico de perder la visa que tienen sus congresistas, un enfrentamiento con Venezuela y con Maduro y sus generales. 

Manejando como títeres a los integrantes del gobierno de los mocosos. Llevándolos a situaciones tan ridículas como las vividas en el puente Simón Bolívar o a que supravaloren al debilucho Guaidó. 

Considerándonos una colonia obediente lograron los norteamericanos que un grupo de sus soldados se aposentaran en nuestro territorio. Se inventaron la disculpa de venir a ayudarnos a combatir el narcotráfico, del que precisamente se nutren las narices ávidas de los ciudadanos estadounidenses. Y aquí nadie dijo nada cuando todo el resto del mundo sabe que es un movimiento militar estratégico de Washington para presionar más al gobierno de Caracas. 

Lo curioso de todo esto es que no fue el director del programa de televisión de las 6 de la tarde quien nos informó sobre la presencia de ese núcleo inicial de soldados gringos. Fue un comunicado de la Embajada USA. Y, por supuesto igual a como sucedió con el decreto de la marihuana y con el de la prisión domiciliaria para los ancianos, ni en Washington ni en la Casa de Nariño preguntaron si se saltaban la Constitución ingresando las tropas sin permiso del Senado. Eso no les importa a los mocosos. 

Tal vez el exceso de mucosidad les impide ver que esos militares gringos en Colombia, y los barcos de guerra en el Mar Caribe, hacen parte de la construcción del “enemigo externo” en que más temprano que tarde será convertida Venezuela, amiga y socia económica de China y Rusia, para facilitar el repunte electoral de Trump. 

Y para esa batalla la Casa Blanca cuenta con nuestro país como trampolín, como muralla o como colonia obediente. . 

Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal