20 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Crónica # 123 del maestro Gardeazabal: Y los economistas calladitos

@eljodario 

La semana anterior nuestro país soportó oficialmente tres sopapos financieros: el balance de las instituciones bancarias, el precio del café y el precio del petróleo.  

Todos esos tres factores hubiesen llenado páginas de artículos y comentarios de los economistas o de los ahora llamados analistas de inversiones. El solo hecho de que una entidad bancaria con la solvencia y respaldo mediático como el Banco de Colombia haya confesado públicamente que sus utilidades descendieron en 2020 un 91.7 % haría si no tambalear por lo menos preocuparse al mercado.  

Se trata del banco fundamental de los antioqueños y de su GEA y si bien el porrazo se los dio Hidroituango a ellos y a las firmas constructoras, y sobre todo al orgullo paisa, también es de intuir que ese bajón está ocasionado por las reservas a que obliga la ley cuando la plata se ha colocado en clientes que peligran sus pagos, empezando por EPM y terminando en las venas rotas de la infraestructura donde no fueron acertados prestándola. Pero que al mismo tiempo que las cifras de Bancolombia no prendieron bombillos de alarma, las cifras de la Asobancaria en el sentido de que el sistema financiero redujo en un 55.4% sus utilidades, tendría sirenas aullando, pero se ha preferido el silencio para evitar pánicos y se ha adoptado la norma eterna de considerar mal de muchos consuelo de tontos, deja mucho que pensar. 

Pero resulta que, al lado de esas cifras asustadoras para cualquier verdadero economista, no para los jugadores de apuestas a acertar cifras de las economías, se vio que el café llegó a los 1.40 dólares en el mercado neoyorquino y que el subsidio de calidad permitió subir a $ 1.225.000 la carga de café en Colombia. Al mismo tiempo el azúcar, otro de nuestros pocos comodites de exportación, ha estado girando por los 17 centavos de dólar la libra, lo que es un 50% más que el precio de hace un año. Y, como si fuera poco, el precio del petróleo Brent, con el que se cotiza el nuestro y se cuajan los presupuestos de la nación, anda por los 65 dólares el barril, cuando Carrasquilla y su combo lo habían calculado a 45 dólares en el Presupuesto Nacional. 

Todo esto pasó la semana pasada y aunque tiene mucha influencia en el inmediato futuro del país, los economistas, por andar apostando a ver quién acierta la cifra del PIB, la de la inflación o la del dolar, han preferido quedarse calladitos. Deben ser efectos de la pandemia.

Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal