
@eljodario
El espectáculo de manoseo con la democracia que están dando en el Pacto Histórico con sus elecciones primarias hace temer por el futuro electoral de Colombia. Lo que se veía como una jugada inteligente y sagaz del presidente Petro para llegar con ventaja a la línea de partida, ha terminado siendo una comedia de birlibirloque haciendo evidente que la unidad de la izquierda la han vuelto a pegar otra vez con babas y a las carreras.
Lo grave empero es que la Registraduría ha terminado siendo manejada como trapo de cocina, que sirve para todo menos para lo que debe ser y no como garante de la democracia. Como no se hace respetar, los del Pacto Histórico, encabezados por el inescrupuloso Quintero, desbaratan el proceso a celebrarse en 10 días y todo el trabajo de instalar mesas de votación, imprimir tarjetones y nombrar jurados (si es que lo han hecho) se perdería y no hay forma de cobrárselo a los causantes.
Esta situación sui generis no es porque las gallinas cariocas hayan dejado de poner huevos de oro. Es que por esas hibridaciones estúpidas de la política colombiana se convoca a las primarias de un partido permitiendo que en ellas participen todos los ciudadanos con su cédula de ciudadanía porque los partidos que dejaron de existir ni tienen ni tuvieron censados a sus integrantes.
En otras palabras, las leyes electorales colombianas vigentes están redactadas para obligar a disfrazarse en dizque partidos registrados ante el Consejo Nacional Electoral a los contratistas, quienes son los verdaderos dueños del pastel burocrático y político de este país arrevesado.
En otros tiempos este desorden hubiese llevado a que los prohombres del Congreso presentaren una reforma veraz del Código Electoral para ponerlo al día. Pero como quien dizque orienta e impulsa la política del gobernante con los congresistas es el inefable señor Benedetti, aquí no va a pasar nada porque él y la directora del Dapre ya deben haber conseguido las canoas y los remos para navegar en medio del desorden.
Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal.
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