24 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Crónica # 115 del enchuspado maestro Gardeazábal: No son tan buenos los abogados de la Sergio

@eljodario

Todas las universidades de este país han tenido derecho, y posibilidades, de buscar alumnos dentro de núcleos sociales exclusivos y excluyentes de bachilleres que aspiran a hacer su carrera de abogados.

La Universidad Libre lo hizo, a través de las catacumbas de los masones y de los liberales perseguidos, desde cuando Benjamín Herrera era su prohombre.

La Universidad Javeriana lo ha hecho a lo largo de su historia entre los alumnos de los colegios de los jesuitas y los católicos fervientes desde mucho antes de que el padre Giraldo fuera el decano vitalicio, y poderoso, de la facultad de Derecho de ese centro docente.

Los Andes ha sabido promoverse desde las épocas de Mario Laserna y Alberto Lleras entre los hijos de la oligarquía nacional.

Las universidades de Antioquia, Caldas y Cauca colocaron unos embudos invisibles para tratar de no recibir alumnos que no fuesen de sus cercanías geográficas.

Ahora, lo convierte en denuncia bugueña Ramiro Bejarano, el cronista del Milagroso, diciendo que la Universidad Sergio Arboleda ha emprendido después de esta pandemia que ha acabado los clientes por igual a restaurantes, hoteles y universidades, una campaña de alicientes económicos para atraer como alumnos a quienes demuestren haber pertenecido al partido conservador por lo menos desde dos años atrás a su inscripción como aspirantes universitarios.

Aparentemente ese manejo provocador del marketing (o como se llame) del potencial de bachilleres está basado no en la poca afluencia que debe tener el conservatismo  a estas horas de la vida republicana, cuando ha sido una y otra vez derrotado desde que Andrés Pastrana fue el último de sus militantes en ser presidente de la nación, sino en el imán que significa estarle repitiendo a Colombia que el jefe del gobierno es graduado en esa universidad y que muchos de sus compañeros de pupitre, y otros más que han estudiado en aquél recinto, son los que hoy ocupan puestos importantísimos en este cuatrenio del Centro Democrático, paradójicamente fundado por un liberal de raca mandaca como lo fue Alvaro Uribe Vélez, aunque a él y a al país se la haya olvidado.

Pero como los clientes, es decir los bachilleres, se atraen por el éxito del ejercicio de abogados, dudo mucho que esta propuesta de captar conservadores que le causa alergia a Ramiro Bejarano, vaya a ser triunfadora porque lo importante para convertirse en un buen abogado no es ser conservador sino saber de abogacía. Y no puede ser ejemplo de buen abogado quien confunda una y otra vez públicamente en el magazín de televisión de las 6 pm (desde el cual dizque nos gobiernan) que las tutelas se pueden dizque apelar cuando hasta el más ignaro de los jurisconsultos sabe que ellas solo se deben impugnar.

Tampoco puede aparecer como buen abogado, así sea graduado en la Sergio, quien en vez de respetar un fallo desfavorable prefiera descalificarlo antes de impugnarlo, como ha pasado con la tutela que le decretaron al gobernante por habernos arrebatado exclusivamente a tres millones y medio de colombianos la libertad de movilización consagrada por la Constitución y, sobre todo, por desconocernos el derecho universal inalienable que tiene cada habitante de este mundo de poder decidir qué hacer con su vida.

Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal