@eljodario
Aunque El Tiempo ya no es propiedad de la familia Santos, la manera de titular para no torear de frente los problemas, que hizo de los viejos lectores de ese periódico en la mitad del siglo pasado unos expertos traductores de lo que la marrullería elegante del expresidente Santos quería decir, parece que sigue latente.
La semana pasada, a raíz del fallo de tutela que obliga al gobierno a solicitar al Senado el permiso para el tránsito y permanencia de los soldados SFAB de los Estados Unidos, el periódico propiedad ahora del banquero Luis Carlos Sarmiento del Grupo Aval, tituló con casi el mismo estilo que lo hubiese hecho el expresidente Eduardo Santos si Ospina Pérez hubiese permitido el ingreso de la Legión Extranjera de Francia al territorio nacional después del 9 de abril de 1948.
Hay que resaltarlo porque es una frase maestra que resume todo pero no ofende a nadie: GOBIERNO IMPUGNARÁ FALLO QUE FRENA MISION EN COLOMBIA DE UNA BRIGADA ÉLITE FORÁNEA.
Obviamente ni el mayor banquero de este país puede, a través de su periódico, mostrarles a sus lectores en todo el mundo que a las tropas gringas las dejaron entrar saltándose la norma constitucional, ni mucho menos puede aparecer señalando al gobierno de irrespetar la Carta Magna.
Con los gringos no se mete porque finalmente a estas horas de la vida económica mundial un banquero que se respete no va a servir de trampolín para que se critique la presencia de las tropas norteamericanas cuando el omnímodo poder del señor Trump y de los banqueros de Wall Street le pueden dar un portazo y dejar al Grupo Aval chilinguiando.
Obviamente estamos bajo el régimen noticioso del corona virus y noticias que hubiesen podido ser de primera figuración y munición para las trincheras de batalla de la oposición al gobierno actual no pueden ser ni repetidas ni llamadas por su nombre y, por ende, convertidas en tema de comentario permanente entre los colombianos.
La nube espesa de la peste que nos consume sirve para tapar no solo la llegada de la brigada élite foránea sino para no tratar en detalle temas tan escabrosos como los que están sufriendo las Cámaras de Comercio de Montería y Pereira. Lo que me parece una torpeza puesto que si no aprovechamos el gran cambio que se nos avecina, la caduca estructura de las Cámaras de Comercio y su modelito decimónico no la van a reemplazar nunca y nos tocará verlas agonizar mientras huelen a podrido.
Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal
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