@eljodario
Preocupante el espectáculo que nos han dado esta semana la alcaldesa Claudia López y el presidente Trump usando ambos la amenaza como herramienta para conseguir satisfacciones.
El atrincheramiento de la señora alcaldesa de Bogotá frente al director del magazín de televisión de las 6 de la tarde para conseguir que largara los respiradores de las UCI que indudablemente tenía en su poder, lo hizo acompañándose de sus ya tradicionales gritos, pero sobre todo con la posibilidad de decretar un confinamiento absoluto de los habitantes de la capital de la república.
El espectáculo no pudo ser más pobre para el gobierno de los mocosos. Otra vez, y ya van tres, tuvieron que salirle al quite a la aguerrida Claudia y seguirle el paso que ella marca ante la atonía que invade a los muchachos cada que temen que les alcen la bata y les vean los calzones rotos.
Y se quitaron de encima a la gritona y, por ende, esquivaron la amenaza de generar un caos en la ciudad más grande del país, accediendo a entregarle los respiradores artificiales para las UCI que los mocosos, cual vulgares acaparadores, sí los tenían y en la cantidad que ella los pedía.
Trump, por su parte, arrinconado por la realidad, afrontado por la verdad que pretendió minimizar con la gripita que se está comiendo de a 100 mil norteamericanos cada día, adoptó una variante del tono amenazante con el que tradicionalmente negocia y sin consideración alguna por el resto de habitantes del mundo, negoció como cualquier rico insensible e inhumano, con los dueños del laboratorio que produce el remdesivir, la droga que parece acelerar las opciones de frenar el corona virus 19 en los pacientes y acaparó la producción de los próximos tres meses del fármaco, dejando sin opción de uso de esa probable panacea al resto del mundo.
Acto descastado y cruel pero muy frecuente en lo que creen que el dinero es para gastárselo cuando lo necesiten y mucho más cuando con el que se puede sacar ventaja y evitar que el número de sus activos (en este caso los habitantes de USA) se disminuyan.
Es una combinación de los métodos del uno con el otro.
La alcaldesa gana y muestra con su astucia, sus gritos y sus amenazas inteligentes que una vez más derrota a los mocosos que nos gobiernan desde la Casa de Nariño.
El animador del magazín de tv pierde otra vez porque se deja escanografiar nuevamente como el ser inhumano que es, y nos hace saber a todos los colombianos que acapara el precioso bien de los respiradores con la misma crueldad con que nos persigue a los ancianos.
El presidente gringo por su parte, renueva su imagen de rico atarván que sacrifica el liderazgo mundial por contabilizar todo como una ganancia en el negocio.
Esa es la dura y triste realidad.
Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal
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