28 marzo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Crónica # 104 del maestro Gardeazábal: Los chicharrones de Holmes

@eljodario

Que difícil debe ser estar en el pellejo de Carlos Holmes Trujillo el ministro de Defensa.

Ejercer ese cargo ante la ausencia cada vez más notoria del Comandante en Jefe, como lo ordena la Constitución. Tener que aguantarse cada semana el chaparrón de las denuncias, o descubrimientos que hacen sobre el Ejército en la revista Semana. Manejar las profundas divisiones que existen tanto dentro del Ejército como dentro de la Policía. Lidiar con la influencia en esas grietas institucionales que desde la embajada en Australia sigue ejerciendo el tantas veces nombrado General Mejía sobre los oficiales y soldados.

Y, al mismo tiempo, manejar la profunda hendidura en la Policía obligada desde afuera por el antiguo vicepresidente de Santos, el general Naranjo, que sigue teniendo poder y mando dentro de la institución y, a su vez, tratar de manejar el enfrentamiento establecido entre el Director Nacional de la Policía y el general Salamanca a quien torpemente mandó a vacaciones por 13 meses el general Artehortúa cuando Salamanca, ejerciendo su cargo de Inspector de la institución lo encontró fallido. Pero sobre todo el haber sido obediente a la también torpe orden de la Casa de Nariño de reintegrar al investigador dejando como director al cuestionado Atehortúa.

Todo ello le ha sucedido a Holmes al mismo tiempo que los soldados del batallón San Mateo caen en las trampas del sexo prohibido y arman la escandalera contra el ejército por el repudio nacional a lo que fue un acto denigrante. No importa que la víctima ni su madre no aparezcan jamás como permisivas cuando no incitadoras.

Y, como si fuera poco, que el periódico El Tiempo, devele la presencia casi que comprobada de los espías de Maduro no solo dentro del ejército sino en la misma policía y, tras bambalinas chismosas, se pretenda acusar al renunciado general Buitrago como parte de esa tramoya cuando bien puede haber sido exactamente al revés.

Y ni qué decir de la denuncia paralela de una estación de bombeo de gasolina para aviones y helicópteros en Tolemaida que no funciona, pero costó una milmillonada.

Todos esos chicharrones, más los menudos que la Armada ha ido acumulando con su descuido frente al Corona Virus en sus cuarteles de infantería, colocan al ministro Holmes en la más difícil y poco envidiable de las situaciones. Si llama a calificar servicios a los más conspicuos representantes de las fuerzas de Naranjo en la Policía y de Mejía en el Ejército hasta arreglaría el problema, pero le tocaría trabajar con mocosos que apenas suben en la pirámide uniformada y creo que ya tiene bastante con aguantarse como viejo setentón a los ministros mocosos que trabajan a su lado.

Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal