25 abril, 2024

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Corantioquia avanza en la reglamentación de la quebrada La palma, en Jericó

@Corantioquia@AGAColombia  

  •  La quebrada La Palma, afluente del río Piedras, fue priorizada para reglamentación, de acuerdo con un diagnóstico previo y el Plan de Ordenamiento del Recurso Hídrico (PORH) de este río, adoptado en 2016. 
  • La reglamentación de corrientes permite identificar usuarios, caudales y vertimientos existentes, para avanzar en la distribución equitativa del recurso y garantizar que se mantengan condiciones adecuadas de calidad y disponibilidad. 

Corantioquia adelanta la reglamentación de la quebrada La Palma, como parte de la implementación del Plan de Ordenamiento del Recurso Hídrico (PORH) del río Piedras, labor que se realiza en cumplimiento de las funciones y competencias otorgadas a la Autoridad Ambiental mediante la Ley 99 de 1993, como ente encargado de velar por la protección de los recursos naturales renovables y el medio ambiente. 

La reglamentación es necesaria porque permite registrar y describir los comportamientos del agua y sus usos en un territorio para garantizar la disponibilidad del recurso en el presente y el futuro. Esta, entre otras actividades relacionadas con el ordenamiento del recurso hídrico, está contenida en el Decreto 1076 de 2015, y se desarrolla con base en el diagnóstico de necesidades identificadas en cada microcuenca. 

Además, se da cumplimiento al Plan de Gestión Ambiental Regional y el Plan de Acción Institucional, formulados de manera participativa para cumplir con la misión institucional, en los que la Gestión Integral del Recurso Hídrico es un aspecto relevante para la protección del patrimonio ambiental, pues se busca garantizar la oferta, optimizar la demanda, mejorar la calidad y facilitar el acceso al agua, para beneficio de quienes habitan en la jurisdicción. 

Situación de la quebrada La Palma 

En la microcuenca existen minifundios con una relativa alta densidad de población que requiere el recurso hídrico para uso doméstico y para la actividad productiva de parcelas. La presión sobre el suelo para establecer pastos y caficultura ha provocado despojo progresivo de bosque natural en la cabecera de la cuenca, lo que limita su capacidad de recarga hídrica. La intervención del hombre ha sido aún mayor en la parte alta, que hoy se dedica a la agricultura especializada del cultivo de aguacate. 

En la zona se presentan situaciones asociadas a las actividades productivas que dinamizan la economía y el desarrollo vial para conectar corregimientos y veredas, hechos que generan impacto en la ocupación del territorio, demanda del agua y alteración en su calidad. Así mismo, existen sistemas de riego, abastecimiento de acueductos veredales, y la generación de vertimientos de aguas residuales domésticas y no domésticas. 

El área asociada a la quebrada La Palma también ha sufrido procesos de ocupación de zonas de retiro de sus corrientes y zonas de altas pendientes, impermeabilización de suelos, sedimentación y alteración de los cauces, condiciones que pueden generar amenazas, de acuerdo a las vulnerabilidades físico espaciales y sociales de la población. 

Por lo anterior, Corantioquia informa que, dada la importancia de este proceso, continuará trabajando en la reglamentación de la quebrada, para lo cual se requiere realizar un análisis detallado de las condiciones hidrológicas y de calidad del agua, por lo que son indispensables los recorridos, censos, visitas técnicas y monitoreos. 

Otras fuentes hídricas reglamentadas 

Desde 2014 Corantioquia priorizó las fuentes a intervenir mediante procesos de ordenamiento; hoy la jurisdicción cuenta con 18 Planes de Ordenamiento del Recurso Hídrico (PORH) adoptados, entre ellos el del río Piedras, del cual es afluente la quebrada La Palma. 

De manera exitosa se ha realizado la reglamentación de 30 quebradas: Grande, en los municipios de San Jerónimo y San Pedro de los Milagros; Los Cedros, en San Jerónimo; La Mirandita, en Sopetrán; La Nuarque en Olaya y Sopetrán, La Dolores y La Llana en Tarso; La Paja y La Maní, en Angelópolis, Caldas y Amagá; El Atravesado, en Envigado; La Doctora, en Sabaneta; Los aguacates y La Tolda en Copacabana; Ana Diaz y La Aguacatala en Medellín; Doña María en Itagüí y Medellín, La Chacona en Barbosa; Arroyo Belverde en Bello; Las Palmas en Envigado; Combia Chiquita y La Ardita en Fredonia; La Cedrona y La Comuna en Andes; La Irene en Betania; Las Ánimas y La Higuerona en Concordia; Santa Clara en Salgar; Ojo de Agua en Jardín; La Linda en Ciudad Bolívar; Las Mercedes en La Pintada; y La Virgen en Támesis. 

También se encuentran en proceso 4 fuentes más. Además de la quebrada La Palma se adelantan: La Valeria, en Caldas; El Salado, en Girardota; y está en etapa de finalización la quebrada San José, en San José de la Montaña. En todos los casos Corantioquia ha promovido procesos participativos con las comunidades, bajo principios de transparencia y en concordancia con las normas ambientales establecidas. 

La Corporación reitera el llamado a la comunidad  a comprender la necesidad e importancia de la labor que se realiza, la cual no está relacionada con la Minera de Cobre Quebradona. Así mismo, rechaza las vías de hecho que persisten entre algunos habitantes de la zona y han entorpecido el trabajo técnico, e invita a la comunidad a acoger espacios de diálogo para avanzar en acciones por el beneficio del patrimonio ambiental y la misma comunidad. 

Igualmente, solicita a las autoridades competentes, entre ellas el Municipio de Jericó, la Personería Municipal, la Procuraduría General, la Defensoría del Pueblo y la Fiscalía General de la Nación, el acompañamiento necesario para garantizar el ejercicio de la autoridad ambiental.