25 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Contraplano: Un frondoso archivo gaitanista   

Orlando Cadavid

Por Orlando Cadavid Correa

Presentamos esta historia, que tuvo como escenario el Medellín antañón de los años 30, gracias al valioso aporte del historiador paisa Orlando Ramírez Casas, quien se hizo lenguas cubriendo el matrimonio del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán con la dama antioqueña Amparo Jaramillo.   

Relata Ramírez en su sitio “El Postigo”, de la red, que “dos hermanos de la novia y un amigo del novio, el doctor Tulio Medina Estrada, oficiaron como padrinos en la boda de Gaitán y que el arzobispo de Medellín que le concedió la dispensa al muy ateo doctor Jorge Eliécer fue monseñor Caycedo”. 

Agrega que “los ricos se casaban con toda pompa, pero los pobres se resignaban a celebrar matrimonio de sacristía”. 

Cuenta don Ricardo Olano –otro historiador– unos detalles que podrían ser de mayor interés si el Dr. Gaitán hubiese alcanzado las altas posiciones que le auguraban sus amigos y admiradores. En mayo de 1935, escribe él en sus memorias, visitó a Medellín el presidente de la república, Dr. Alfonso López Pumarejo, y entre su comitiva estaba el alcalde de Bogotá, Dr. Jorge Eliécer Gaitán Ayala, cuya novia vivía en el barrio Prado de la capital maicera. 

Durante los días de la permanencia de esa comitiva en Medellín contrajo matrimonio el Dr. Gaitán, de origen humilde, con la señorita Amparo Jaramillo Jaramillo, que es de buena familia, pero pobre… Se presentaron en la Iglesia de la Candelaria con ropas comunes, sin los equipamientos que se usan generalmente en los matrimonios… Entraron a la sacristía, y allí el cura, padre Germán Montoya Arbeláez, les dijo que habiendo pensado el asunto de no ser católico el novio, no podía casarlos sin permiso del Sr. Arzobispo. La novia sufrió un desmayo en la sacristía a causa de la emoción o la fatiga. 

El Dr. Gaitán fue con su padrino, el Dr. Tulio Medina Estrada, quien se hospedaba en la casa de campo “La Graciela”, de Robledo, a la casa del Sr. arzobispo Tiberio de J. Salazar y Herrera, obispo coadjutor encargado de la arquidiócesis, situada en Buenos Aires; la permanencia fue larga, señas de que puso inconvenientes, pero al fin se obtuvo el permiso… 

En vista de que los novios no tenían previsto agasajo ni ningún viaje para la luna de miel de la improvisada boda –ni tenían atenciones previstas los padrinos les improvisaron el agasajo y la luna de miel en su finca de Robledo, se fueron a casa de unos parientes y cedieron su casa a los recién casados, a quienes invitaron a almorzar con viandas despachadas desde el Club Unión. Dos años después, nació Gloria Gaitán Jaramillo, hija del nuevo matrimonio. 

La Apostilla: Leyendo entre líneas, también se puede deducir que a ese matrimonio no fue invitado el entonces presidente Alfonso López Pumarejo, porque, si hubiera ido, seguramente don Ricardo lo habría mencionado en sus anotaciones bitacorales.