20 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Contracorriente: Pandemia idiomática

Ramon Elejalde

Por Ramón Elejalde Arbeláez 

Existe en Colombia y en varios países de habla hispana una verdadera pandemia idiomática con el uso indiscriminado y equivocado del verbo colocar. Entre nosotros, desde niños nos inculcan el “odio” al verbo poner, cuando nos responden, cada que lo utilizamos, que “las únicas que ponen son las gallinas”. Nada más alejado del buen uso del idioma. Mientras el verbo poner tiene 44 acepciones o usos, el verbo colocar apenas cuenta con cinco significados.  

Nada hay más horroroso, en el uso del español, que escuchar a connotados opinadores, docentes, locutores, narradores, políticos, gobernantes, científicos, utilizar a diestra y siniestra el verbo colocar, por físico temor a recurrir el verbo correcto, que es poner. Siento sonrojo cuando intelectuales o personas de cierto nivel de preparación académica cometen este terrible yerro, que hoy está convertido en una verdadera pandemia, que pareciera no tendrá cura, ni vacuna alguna. Desde el 25 de marzo de 2007 escribí una columna para el periódico El Mundo de Medellín que titulé “La gramática está de luto”, donde alertaba por el craso error en que el grueso de las personas solía incurrir. Por la época don Juan Gossaín, purista del idioma, escribía con idéntico temario. Hoy, en otros términos, insisto en mi cantaleta que llevo cada semestre a mis alumnos, procurando no incurran en tan generalizado equívoco.  

Es bueno dejar claro que no son sinónimos los verbos poner y colocar, aunque en una de las acepciones, la más común, parecieran confundirse. Los cinco casos en los cuales es correcto utilizar el verbo colocar son: 1- “poner algo en su debido lugar”, que es el único caso donde parecieran ser sinónimos. Es tan complejo entenderlo que uno se pone la camisa, pone el cuadro en la pared. 2- Invertir dinero. Coloqué una plata al 1 %. 3- Darle un empleo a alguien. Colocaron a Miguel de maestro, Luisa se colocó en el municipio. 4- Encontrar mercado para algún producto. Logramos colocar la leche de cabra en el mercado europeo. 5- Causarle un estado eufórico a alguien.  

En todos los demás casos se utiliza el verbo poner.  “Un denuncio se pone, no se coloca; uno se pone bravo, se pone a pensar, se pone nervioso, se pone la camisa; el profesor pone tareas, uno pone los ejemplos en el cuaderno; se pone un fax; alguien pone un negocio, los jugadores ponen sus apuestas, los socios ponen el capital y los socios industriales ponen el trabajo, en las notarías les ponen los nombres a los niños, en el colegio los compañeros les ponen los apodos… En fin, llenaría este escrito con las mil y una colocaderas que nos están imponiendo hasta docentes irresponsables que van diciendo que sí, que las únicas que ponen son las gallinas”. 

Invito a mis amables lectores a que revisen la colocadera que mantienen algunos y que ante la duda escriban o pronuncien el verbo poner, en la seguridad que se equivocarán menos.