18 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Contracorriente: Los testigos falsos

Ramon Elejalde

Por Ramón Elejalde Arbeláez

Como plaga aparecen los testigos falsos en todo tipo de procesos ante la rama judicial, muy especialmente en materia penal. Es un azote que golpea fuerte la credibilidad de la administración de justicia, pues no siempre fiscales o jueces logran descubrir la trama articulada. En mi opinión la oferta de delación para obtener rebaja de penas, ha conducido a esta práctica inmoral y peligrosa. 

No me voy a ocupar en este escrito de ninguno de los expedientes hoy de moda por la aparición real o supuesta de testigos claves, voy a contar una experiencia personal, que con estoicismo y en silencio pude sobrellevar y felizmente terminar con un contundente fallo a mí favor. 

A finales de la década de los años diez, obvio, de este siglo, un delincuente condenado y en prisión llega a una audiencia de Justicia y Paz convocado en alguno de los procesos en trámite y al final de la diligencia, ante la consabida pregunta de si tiene algo más que agregar, se despacha a sindicarme de conductas que jamás cometí o presencié. Dos asistentes al acto se le acercaron al Fiscal de la causa para en privado notificarle que lo iban a contrainterrogar en lo relacionado a las falsas imputaciones que me hacía. El funcionario los desalentó de muy buena fe: “Qué le van a parar bolas a ese fantasioso. Ese está haciendo méritos para que lo incluyan en Justicia y Paz y lograr su libertad. No se desgasten”. 

Los espontáneos se calmaron y por un tiempo jamás se volvió a hablar del tema. 

Unos seis años después reaparece el personaje ante la Corte Suprema, Sala Penal y en una diligencia de dos horas me imputó una conducta delictiva rodeada y sustentada en treinta y nueve mentiras protuberantes y de fácil forma de desvirtuar. Por ejemplo, afirmó que yo había sido el jefe de debate de Óscar Suárez Mira cuando fue candidato y alcalde de Frontino. Que yo había traído decenas de buses a inscribir a la ciudad de Bello para que después votaran por el mismo Óscar Suárez para Senado de la República, que yo era dueño de múltiples propiedades y vehículos automotores. Me vio en reuniones con personajes que jamás conocí, en lugares que no existen, en fincas que su mente creativa inventó, me agregó familiares inexistentes y me describió completamente distinto a como soy físicamente. Las indagaciones preliminares caminaron sin mi presencia y sin que estuviera enterado de semejantes relatos, más dignos de Macondo que de un expediente en una investigación seria. Obvio, los magistrados no tenían por qué conocer la realidad, para poderla contrastar con las versiones fantasiosas del acusador. 

Cuando fui llamado a versión libre por la H. Corte y leí los cargos, no sabía si sonreír o llorar. Me enteré con asombro de las dos versiones que había rendido el delincuente y fantasioso personaje. Obvio, desvirtué una a una las treinta y nueve mentiras expresadas por el personaje y allí mismo pedí la posibilidad de que mi abogada lo interrogara. A ese interrogatorio el personaje llegó con el mismo cuadernito, que dicen los funcionarios judiciales, lleva a todas las diligencias de este tipo y donde tiene anotadas seguramente las historias, ciertas o falsas, que escucha y acomoda en las prisiones. Se sostuvo en todas las mentiras, no corrigió ninguna. Todas, ya desvirtuadas en mi deposición y probadas con contundentes documentos escritos. Es que Óscar Suárez nunca fue alcalde de Frontino, jamás ha sido mi jefe político y un frontineño para votar por él para senador no requería inscribir su cédula en Bello. Fueron algunas de sus absurdas mentiras. 

La Corte fue exhaustiva en su investigación que duró cerca de siete años, acopió múltiples documentos probatorios y llamó a decenas de testigos que siempre sostuvieron verdades de a puño: que no me conocían, que el declarante era un mentiroso compulsivo y un creador de fantasías. Lo triste de todo esto es que a ese señor lo he visto citado en procesos famosos como testigo estrella. 

¿Cuánto le valen al Estado estos procesos falsos? ¿Cuántas libertades están hoy truncadas por la manguala que hacen y las historias que inventan algunos delincuentes en sus lugares de reclusión, para lograr favores de la justicia? ¡Qué susto! 

Notícula. Fuerza y oración por la salud de dos amigos, Sergio Trujillo Turizo y Fernando Salazar Mejía. Qué prevalezca la vida en ellos y en todos los que tienen quebrantos de salud.