18 abril, 2024

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Contracorriente: ¿Languidece el partido Liberal? ¿Languidecen los partidos políticos?

Ramon Elejalde

Por Ramón Elejalde Arbeláez 

El otrora glorioso partido Liberal, a cuatro meses de elecciones presidenciales, no tiene candidato para tan importante certamen electoral. Eso indica que el partido ha renunciado a ser una opción de poder, fundamento de la actividad política. Por lo que se vislumbra, los rojos no tendremos candidato propio y seguramente iremos a medrar a una cualquiera de las   minorías existentes hoy en el panorama político. Es un triste y famélico final para un partido que ha sido bastión de la democracia colombiana desde los orígenes mismos de la patria.  

Obviamente que el desprestigio de los partidos no es exclusivo del liberalismo, así algunos tengan candidato propio. No escapa de esta lamentable situación ni el Centro Democrático, que surgió con tanta fuerza hace poco menos de veinte años. Hoy pareciera que la moda es buscar guarida bajo el amparo de las llamadas coaliciones, que es una manera de los partidos camuflar su desprestigio y precariedad electoral, ante la opinión pública. Craso error que los partidos, con pocas excepciones, renuncien a su vocación de poder, razón de ser de la actividad política. No podemos perder de vista que nuestra democracia es una democracia de partidos y sin estos en pleno funcionamiento, también está languideciendo la democracia. 

Produce una tierna angustia observar al partido de gobierno, al Centro Democrático, buscando refugio en la coalición que ha dado en llamarse Equipo por Colombia, que solo suma residuos de votos en las regiones y donde nadie aparece con la solidez suficiente para enfrentar a la Coalición de la Esperanza y con mayor veraz al Pacto Histórico de Petro. Al paso que vamos, si se da la segunda vuelta, esta será entre Petro y el candidato de la Esperanza, sin desconocer el impacto que está produciendo la folclórica candidatura de Rodolfo Hernández.  

Mientras la angustia se apodera de casi todos los partidos políticos, la del liberalismo debe ser aún mayor y más traumática. Amén de los yerros en la elaboración de las listas, que han originado naturales reclamos de medios y opinión ciudadana, nos encontramos con la terrible realidad de un partido sin candidato presidencial. El doctor César Gaviria, anuncian algunos cercanos a su dirección, que a finales de enero se pronunciará sobre el caso, en un anuncio que será inane pues para la época ya la dirigencia y la militancia estarán comprometidos con otros candidatos, especialmente con Alejandro Gaviria y Gustavo Petro. 

Lo grave será que ese anuncio del jefe liberal se convierta en una frustración más para la colectividad, pues todo apunta a que se conversa con Alex Char, un gris dirigente político, forrado en oro, que tiene por camino eludir los debates a los cuales es invitado, seguramente por sus limitaciones conceptuales. Pero además sería pésima decisión pues el liberalismo estaría entrando a una coalición de extrema derecha, que es lo mismo que decir que estaríamos llegando al Centro Democrático por la puerta de atrás, por el solar.  

Quienes creemos en las ideas liberales, seguiremos insistiendo en ellas y defendiéndolas, pero jamás inclinaremos la cabeza frente a una pésima decisión.