28 marzo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Contracorriente: La historia se cuenta y controvierte, no se oculta 

Ramon Elejalde

Por Ramón Elejalde Arbeláez (foto) 

Gran polémica se ha desatado ante la propuesta del doctor Alejandro Gaviria, próximo ministro de Educación, de llevar a las aulas de clase el informe final de la Comisión de la Verdad. La historia es necesario conocerla, estudiarla, difundirla y si es preciso controvertirla. La historia nos debe llevar a repetir episodios grandiosos y útiles a la sociedad, pero también nos debe concientizar de aquellos sucesos que nos avergüenzan como seres humanos y que no podemos permitir que vuelvan a suceder. 

El trabajo de la Comisión de la Verdad fue serio, ponderado, minucioso y merece que Colombia lo conozca. No es posible descalificarlo sin leerlo ni valorarlo. Creer que es un error difundirlo en escuelas, colegios y universidades, es desconocer que nuestros niños y jóvenes han sido partícipes, como víctimas, de la atroz violencia que durante cerca de sesenta años hemos vivido en nuestra adolorida patria. Miles de esos jóvenes, de esos niños, han visto caer a sus padres, a sus familiares, a sus amigos en esta guerra cruel que padecemos. Cientos de niños se vieron precisados a abandonar sus escuelas por las minas antipersona sembradas en los alrededores de sus planteles educativos. Infinidad de niños y jóvenes fueron desarraigados de sus tierras y obligados a migrar a cinturones de miseria de las grandes ciudades. ¿Cómo negarles que conozcan el resto de las realidades vividas? 

No es cierto que la Comisión de la Verdad en sus conclusiones señale sesgadamente a un sector de los que causaron violencia y dolor. No. La Comisión reconoce la participación en estos hechos brutales de subversión, paramilitares, ilegales y fuerza pública. Sí. Doloroso tener que reconocer que nuestro ejército y nuestra policía participó en los llamados “falsos positivos” y que ese penoso acto no puede repetirse. Es un baldón ignominioso que la historia le cargará a las fuerzas del Estado y que de ese lodazal es preciso salir para recuperar el honor perdido. No es ocultando la verdad como vamos a superar la afrenta causada.  

A la paz llegamos si conocemos y difundimos la verdad. La reconciliación exige verdad. Ese es el propósito de la propuesta de Alejandro Gaviria, respaldada este sábado por el presidente electo Gustavo Petro, cuando afirmó en una red social: “Cuando recibí el informe de la Comisión de la Verdad afirmé que lo conocería toda la sociedad colombiana. La verdad es la base de la paz”. Espaldarazo contundente a la idea del ministro designado para la cartera de Educación.  

No le temamos a que nuestros jóvenes vean y palpen la penosa historia reciente de nuestra patria. Casi todos ellos la han padecido. Permitamos que los adolescentes de los estratos altos, que de la guerra se enteran por televisión, accedan a estas punzantes páginas de nuestra historia. Compartamos la tristeza para que podamos construir entre todos, una sociedad más justa y bondadosa para los colombianos.