14 enero, 2025

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Contracorriente: La guerra de encuestas 

Ramon Elejalde

Por Ramón Elejalde Arbelaéz 

Se ha vuelto costumbre en nuestro medio que las encuestas se conviertan no en un instrumento de medición de lo que en un momento dado está pensando la opinión pública, sino en un medio para hacer campañas políticas.

Evidentemente que no todas las firmas encuestadoras se prestan para este manoseo electoral al ciudadano desprevenido, que las lee y estudia creyendo que son verídicas y que obedecen a una medición real. El ciudadano suspicaz, el periodista, el político, con solo mirar los resultados de la encuesta manipuladas ya sospecha a favor de quien se publicó, qué pretenden a futuro. Es tan desalmada con el elector esta maniobra que en un mismo día se reciben dos o tres encuestas con resultados diametralmente opuestos, a pesar de realizarse en fechas y lugares idénticos.  

En algunas campañas ya tienen la contra para cuando les publiquen una real o falsa encuesta que los perjudique. Salen con una medición chimba que descalifique a la anteriormente publicada. En algunas campañas, la encuesta desfavorable que les den a conocer les responden con otra amañada a gusto y medida del perjudicado con la anterior. Es una guerra que lo que va logrando es deslegitimar un mecanismo útil para conocer que está pensando, en un momento dado, la ciudadanía de los candidatos. 

Cuando se distribuye por redes sociales el resultado de una encuesta, lo primero que pregunta quien recibe este documento es, “¿la encuestadora es seria?” y la gente va clasificando a estas firmas entre las que son serias y publican documentos objetivos o las que simplemente son falsas y manipuladas para producir efectos políticos.

En el medio tenemos expertos en fabricar de esta última categoría. También tenemos expertos en descalificar encuestas de todo tipo, cuando su candidato no resulta beneficiado con ellas y está bien que descalifiquen contundentemente los instrumentos falsos y tendenciosos, pero no es saludable que ese sea también el trato que le den a las responsablemente realizadas y publicadas.  

Definitivamente al Consejo Nacional Electoral, órgano competente para investigar a estas firmas encuestadoras, lo arroyaron las circunstancias y pereciera que el tema se les salió de manos y no tuvieron la entereza para poner en cintura a tanto pirata que anda por allí publicando encuestas imaginarias, para inflar candidatos-avivatos que con ello solamente buscan engañar a sus electores.  

El tiempo y sus propias mentiras, irán retirando del escenario político a quienes tienen firmas encuestadoras para venderse al mejor postor, aunque el costo para todos los dedicados a esos menesteres será demasiado alto e injusto con quienes hacen la cosa con seriedad, responsabilidad y objetividad.  

Finalmente sería bueno recomendar a los medios de comunicación un mayor y mejor filtro cuando se trate de publicar estas mediciones de opinión. Ellos también tienen que aguzar su perspicacia para seleccionar lo útil y serio de la basura.  

Para los curiosos en estas disciplinas los invito a mirar tres encuestas (Invamer, Pronósticos y TYSE) conocidas este fin de semana, realizada por los mismos días y con resultados muy distintos, por lo menos con una de ellas. Obvio, no estoy descalificando a ninguna, pero algo allí no cuadra.