24 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Contracorriente: Iván Velásquez, ciudadano intachable

Ramon Elejalde

Por Ramón Elejalde Arbeláez  

Para entender lo que le está sucediendo al actual Ministro de Defensa colombiano, doctor Iván Velásquez Gómez, es preciso contarles a los lectores que este ilustre abogado fue designado en el año 2013 para coordinar el trabajo de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), a nivel de Secretario General Adjunto de la Organización de las Naciones Unidas, cargo que ocupó hasta 2019. Esta institución es creada a partir de un acuerdo que firmó Guatemala con la ONU el 12 de diciembre de 2006 y que entró en vigencia el 4 de   septiembre de 2007, una vez fue ratificado por el congreso guatemalteco. Su misión fue perseguir la corrupción, impedir la impunidad y hacer justicia en este país centroamericano. El primer comisionado al frente del CICIG fue Carlos Castresana Fernández (español) y el último fue Iván Velásquez. En el acuerdo suscrito entre el gobierno guatemalteco y la ONU se pactó la inmunidad para los integrantes de la Comisión. Le correspondió a Iván Velásquez, como Comisionado de la CICIG acusar por corrupción al entonces presidente Otto Pérez Molina, a su vicepresidenta Roxana Baldetti, a varios empresarios, ministros, parlamentarios y familiares del expresidente Jimmy Morales. Un buen grupo de jueces y fiscales guatemaltecos acompañaron a Iván Velásquez en la misión de perseguir la corrupción. Fueron exitosos hasta que en el año 2018 el presidente Jimmy Morales decide expulsar al doctor Iván Velásquez del país, por la cantidad de personajes de la vida política, administrativa y empresarial de Guatemala que estaban siendo vinculados a procesos de corrupción, incluyendo al propio mandatario y a su entorno. Un año después Guatemala exigió a la ONU la finalización de las tareas encomendadas a la CICIG. Así “Empezó entonces un ejercicio de venganza, o de procurar que se mantenga el statu quo y ese statu quo es el de la impunidad”, según lo afirmó la periodista Alejandra Gutiérrez para el diario El País de España. La persecución emprendida por el expresidente Morales fue continuada por su sucesor y actual presidente de los guatemaltecos señor Alejandro Gimmattei.  

El fiscal guatemalteco Rafael Curruchiche, investigado por los gringos por corrupción y sin visa para ingresar a los Estados Unidos, decide este lunes abrir investigación contra Iván Velásquez y los centroamericanos Thelmo Aldana, exfiscal general, adalid nativo de la lucha contra la corrupción y gran jurista; Mayra Véliz, exsecretaria del Ministerio Pública; David Gaitán, exfuncionario de la CICIG y actual empleado de Transparencia Internacional y Juan Pablo Carraso, cónsul honorario de Bulgaria en Guatemala. Tres de ellos con inmunidad vitalicia por las investigaciones que adelantaron y por el acuerdo suscrito entre Guatemala y la ONU. 

Ese es el contexto y con razón se viene afirmando que lo del fiscal Curruchiche no es más que lo que en Guatemala la opinión pública ha denominado el “pacto de corruptos” para perseguir a todos aquellos que antaño se atrevieron a investigar, judicializar y condenar a los más tenebrosos depredadores del erario en el país centroamericano.  

Lo extraño de todo eso es que ahora los corruptos guatemaltecos, es decir, los integrantes del “pacto de corruptos”, encuentren eco en dirigentes políticos y medios de comunicación colombianos, decididos a lo que sea con tal de perseguir, criticar y desestabilizar al gobierno de Gustavo Petro. El fin no justifica los medios.  

En este vergonzoso episodio que producen algunos guatemaltecos, todos los colombianos deberíamos estar cerrando filas en torno a un hombre serio, decente y recto que lo único que hizo en ese país centroamericano fue rendirle culto a su cualidad cimera: La honestidad.  

Terrible y devastador para nuestra sociedad que algunos orientadores de la opinión pública estén haciéndole de caja de resonancia a los integrantes del “pacto de corruptos”. Inexplicable comportamiento que desdice más de quienes así actúan que del doctor Iván Velásquez, objeto hoy de sus señalamientos. 

Iván Velásquez merece nuestra admiración y reconocimiento, máximo que en Colombia fue el abanderado de la Corte Suprema en la persecución de la denominada parapolítica.  

Por el nivel de su preparación y cultura entiendo la posición de un parlamentario de origen sucreño, cuyo nombre no quiero citar, pero jamás justifico las expresiones de personas como Andrés Pastrana Arango y Enrique Gómez Martínez, llamados a actuar con responsabilidad con su patria.  

No pretendan manchar a Iván Velásquez, sus actos lo volvieron inmaculado. Mientras más lo critiquen, más crece. ¿Estará abonando la oposición la candidatura de Iván Velásquez para la Fiscalía General?