17 octubre, 2025

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Cómo matar en política 

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Luis Perez

Por Luis Pérez Gutiérrez 

Todo no es Alegría con las redes sociales y la inteligencia artificial. Los delitos tecnológicos derrotan a la sociedad, a las leyes, a la política, y pueden destruir la democracia. El espacio público digital es ilimitado, de lejos más grande que el espacio publico real; y asimismo, los delitos digitales son más peligrosos que los tradicionales. No habrá espacio de la vida real donde no lleguen los delitos digitales. Robar físicamente no será necesario, los grandes robos, desfalcos y estafas serán digitales.  Ya es posible torturar, agredir, matar y destruir a una persona por redes sociales y con inteligencia artificial. Y en política, antes robaban elecciones comprando votos, o con violencia física, o asesinando al candidato.  Ahora con maniobras engañosas en las redes pueden torturar, destruir o matar a un candidato. Mentir sobre lo esencial en una campaña política no es libertad de opinión; es una acción criminal.  

Son muchas las estrategias engañosas que hacen cambiar el voto al ciudadano, o que destruyen un candidato. Uno de ellos, El Gaslighting, abuso psicológico en el que, mediante engaños repetidos, logran que sus víctimas, los sufragantes, cuestionen su propia realidad y duden de sus propias creencias. Es violencia sicológica para manipular el sentido de realidad de los sufragantes. Con engaños repetidos, crean a los ciudadanos una realidad falsa y manipulan sus mentes para que acepten esa otra realidad ficticia. Llenan a la gente de miedo y odio con amenazas artificiales, que no existen, pero que hacen creer que son verdad.  La Real Academia Española reconoce el término gaslighting como ‘hacer luz de gas a alguien’ y lo define: Intentar que dude de su razón o juicio mediante una prolongada labor de descrédito de sus percepciones y recuerdos.  

Los Deepfakes son videos o audios de inteligencia artificial ultrafalsos y manipulados para que parezcan reales. Suplantan la imagen, la figura y o la voz de las personas, para engañar, desorientar y violentar sicológicamente, torturar, y manipular mediante repetición de mentiras y discursos de odios y miedos. Y con los bots, repitiendo millones de veces esos mensajes, se ganan la confianza ciudadana para controlar y manipular sus decisiones. Le violentan el cerebro a la gente para que den por sucedido algo que nunca ocurrió; o para hacerlos dudar de su propia realidad, y de su percepción. Los deepfakes de políticos diciendo o haciendo cosas que nunca han dicho ni hecho es efectivo para manipular la opinión. Los deepfakes son cada vez más difíciles de detectar aún para los expertos.  Sino se regula, la Inteligencia artificial es una grave amenaza para la democracia y es un horizonte devastador para la sociedad. Para Goebbels y Hitler, una mentira repetida mil veces se convierte en verdad. Hoy, en política se puede repetir una mentira o una maniobra engañosa millones de veces hasta convertirla en verdad. Y así se roban y se robaran elecciones los sicarios digitales. Las víctimas de los engaños son alimentadas deliberada y sistemáticamente con información falsa, con odios, con miedos, y terminan dudando de su memoria, de su percepción e incluso de su cordura. Socavan la libre voluntad de la víctima. Cuanto más se escuche una mentira más se parece a la verdad. Es el efecto de ilusión de verdad inducido por repetición. La virtualidad no puede ser la realidad. La mentira y la corrupción son los dos cáncer históricos de la acción política  

Los Bots, son una aplicación de software automatizado que hace tareas repetitivas intensas, y son capaces de imitar el comportamiento humano. Un ejército de bots es capaz de hacer amistad con millones de ciudadanos, difundir opiniones millones de veces, para que un gobierno o grupo político manipule como desee a los ciudadanos. Los bots son capaces de dirigir conversaciones públicas. Una conversación pública dirigida por ejércitos de Bots, destruye el debate democrático. 

De no pararse este mal, la democracia y el poder de un país va a estar en manos de políticos totalitarios. Los sistemas totalitarios, la extrema derecha y la extrema izquierda, son los más sanguinarios y violentos en la historia de la humanidad. No les importa matar, secuestrar, callar, eliminar, torturar, desaparecer, manipular, censurar, destruir lo que le estorbe a sus propósitos. Con la inteligencia artificial, los ejércitos de bots, los deepfakes, el malware, se puede destruir lo que se desee. Si no hay control, si los jueces y legisladores, Colombia y el mundo va a quedar en manos de sistemas totalitarios de extrema derecha o de extrema izquierda, que llenan de terror, de violencia, de censura, de falsos positivos digitales, de desigualdad, de odios y miedos, y de manipulaciones para perpetuarse en el gobierno. Se le hace un bien a la humanidad si la extrema derecha y la extrema izquierda, los dejamos solo como señales de tránsito.