Antioquia fue el punto de encuentro de cientos de simpatizantes que acompañaron durante tres días a la senadora y precandidata presidencial del Centro Democrático, María Fernanda Cabal, en una gira llena de cercanía, gestos espontáneos y anécdotas que dieron de qué hablar.
El recorrido comenzó en Sabaneta, donde la senadora hizo una parada muy paisa para comer buñuelo y tomar tinto en el parque, visitó la iglesia de María Auxiliadora y fue sorprendida por el sacerdote, quien al verla la saludó con afecto y le dio su bendición. “Que Dios la acompañe en su camino”, le dijo, mientras los asistentes aplaudían el encuentro.
En los municipios de Don Matías y Barbosa, Cabal cambió el tono político por uno más familiar: entregó dulces a los niños durante la celebración de Halloween y conversó con los padres sobre los desafíos de sus comunidades. Las sonrisas y los disfraces reemplazaron, por un rato, los discursos.
El sábado, su agenda la llevó al corazón de Medellín en La Plaza Mayorista junto a su hijo Juan José, hizo mercado, saludó a los comerciantes y se tomó fotografías con quienes la reconocían entre los pasillos. “Así es como uno conoce al país de verdad: hablando con su gente”, comentó entre risas.
Cabal finalizó su gira en Bello, donde recorrió el parque, agradeció el cariño recibido y dejó una frase que, según algunos, sonó más a premonición de campaña que a despedida:
“Antioquia siempre ha sido el motor del país. Aquí se siente el espíritu de trabajo, y también el deseo de un país mejor.”
Con buñuelo en mano, bendición en el corazón y el respaldo de cientos de antioqueños, María Fernanda Cabal cerró su recorrido dejando claro que su precandidatura sigue sumando calor humano y apoyo en tierra paisa.






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