7 julio, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Colombia, una reflexión llamada Mujer

Por Adriana M. Cardona López 

Dicen los que saben que las mujeres biológicamente son diferentes a los hombres y dicen los que más saben y narran las historias que el mito de la creación es la clave para quienes creen en estos relatos. Si nos trasladáramos al pasado, estas mujeres demostraron con decisión que el árbol del conocimiento del bien y el mal no significaba para ellas nada, al contrario, las otorgó de un conocimiento adicional.  

Adán podía comer libremente de los frutos de los demás árboles y este a lo largo de la historia de la humanidad condujo a que los demás hombres se dedicaran a solucionar los conflictos, se repartieran las tierras, se otorgaran linajes y la mayoría de las guerras son de su autoría al día de hoy.  

Los colombianos están sumidos en un gobierno que no quiere ejercer su mandato con honestidad, sabiduría, respeto y quiere disfrazar la democracia con sus taras y su distorsionada búsqueda de la igualdad.

Tendremos que confiar en las Mujeres para fines políticos, ya que los hombres mostraron sus debilidades como lo es su  gallardía, honradez y poca inteligencia para gobernar. Aquí lo que necesitamos son pensamientos lógicos, así la narrativa de la creación sea diferente les daremos un voto de confianza, ya que estas son capaces de hablar con serpientes y han demostrado que pueden ejercer un papel importante en los destinos de la democracia para no convertir a Colombia en un régimen político violento, concentrado, que reprime. Que no crean en mitos, ni hadas madrinas, y que no sean el símbolo y continuidad de las FARC, ELN y M19.  

Que convivan con lobos unos días y se levante de la mesa con elegancia y estrategia, porque con el ELN no hay nada interesante que negociar. Que se consiga un faro, eso sí, el mejor. Y miren la estructura del Estado y sus reprochables fallas, que no se monten en carruseles. Que sigan los caminos de Cleopatra, que ella con sabiduría política obtuvo el poder. Que domine las matemáticas como la filósofa Hipatia de Alejandría. Una mujer de pensamientos lógicos que viaje en el tiempo, que no se asuste con la teoría cuántica; pues esta ya no es un misterio. Que entienda cómo es que se realiza una verdadera investigación del universo, para que entiendan que el futuro puede cambiar el pasado. Que busque holgazanes, hampones y malandros en las dependencias del Estado y guíe ese reprochable Congreso, estos que están creando leyes suspicaces y convenientes para sus intereses y los de sus amigos.

Una mujer que controle su «yo» que no vea los problemas políticos, sociales, económicos y la corrupción con la misma lupa que han utilizado los hombres. Y que sea consciente que los órganos como el corazón también laten de manera artificial. 

Que prepare de nuevo a sus tropas porque estas han olvidada qué es la moral y de paso el honor militar. Que al enemigo se le gana la guerra con precisión y táctica y que con un dron ya se conquistan las batallas. 

Que evite el malestar social, que le enseñe a la rama judicial hacer honesta y sabia, para que sus sentencias sean verdaderas poseía y que el convencimiento de estas sea tal, que no exista ningún manto de duda y así podrá ver de verdad cómo gobernar.