19 noviembre, 2025

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Colombia, en alerta por actividad sísmica

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      Expertos llaman a fortalecer cultura de prevención

·      En septiembre se han registrado sismos de 3,6 a 6,3 grados en Antioquia, norte del país y frontera con Venezuela.

·      Colombia está en la convergencia de tres placas, lo que la hace altamente sísmica.

·      Aunque sin víctimas graves, hubo estructuras afectadas y alarma ciudadana.

En las últimas semanas, Colombia ha experimentado una sucesión de movimientos sísmicos que han despertado preocupación en varias regiones del país, incluidos departamentos como Antioquia.

Entre los eventos más destacados figura un sismo de magnitud 6,3 que tuvo su epicentro en Venezuela, pero que se sintió con fuerza en áreas del norte del país, y otro de 5,7 en el norte del país, mientras que en días recientes se registraron movimientos en mar el Caribe con epicentro cercano a San Juan de Urabá (Antioquia).

En la tarde del 21 de septiembre de 2025, un sismo de magnitud 4,6 golpeó al municipio de Urrao, en el suroeste antioqueño, con una profundidad estimada de 14 km, según informes del Servicio Geológico Colombiano.

El movimiento generó réplicas que también fueron percibidas por la población y causó momentos de tensión en las zonas más vulnerables del territorio.

En las últimas 24 horas se reportaron hasta 12 sismos en Antioquia, algunos de magnitud hasta 4,3, mientras que el 20 de agosto un movimiento de magnitud 3,6 tuvo como epicentro el municipio de Dabeiba.

A nivel nacional, en junio se sintió un fuerte temblor de magnitud 6,5 con epicentro en Cundinamarca que alcanzó hasta 20 departamentos, incluida Medellín.

Estas sacudidas cobran especial atención porque Colombia se encuentra sobre una zona de convergencia tectónica: las placas Sudamericana, del Caribe y de Nazca interactúan constantemente, y esa fricción genera liberaciones de energía en forma de sismos.

Aunque Antioquia no está catalogada como una zona de sismicidad alta —según el código colombiano de construcción sismorresistente es de nivel intermedio—, estos movimientos recuerdan que nadie está exento del riesgo.

Jhon Mario García Giraldo (Foto), docente de la Facultad de Ingenierías de la Universidad de Medellín, explicó que “Colombia es una región sísmica, aunque muchas personas no lo crean, estamos en una convergencia de placas tectónicas… Esta es la razón principal de que tiembla tanto en el departamento. Antioquia es una región afortunada porque no está en una región de sismicidad alta… Es un beneficio de que esa liberación de energía haya sido relativamente lenta. … Ante un sismo, lo primero es mantener la calma, no usar ascensores, ubicarse en sitios seguros, proteger la población vulnerable. Luego del fenómeno, revisar daños y tener un kit con agua, radio, linterna y otros elementos”.

Aunque muchos de los sismos no producen daños estructurales severos, la repetición constante del fenómeno genera alarma social.

En redes se han compartido testimonios de ciudadanos que los sintieron en Medellín, Santa Marta, Córdoba y otras ciudades. La Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo (UNGRD) ha emitido recordatorios de prevención y se realizan revisiones técnicas en edificaciones antiguas o con estructuras vulnerables.

Uno de los casos más llamativos fue el sismo de magnitud 6,3 la noche del 24 de septiembre, con epicentro reportado en Mene Grande, Venezuela, pero con impacto perceptible en Colombia.

También se ha informado de un sismo de magnitud 6,1 que, con epicentro cercano a la frontera, se sintió en departamentos como Norte de Santander y zonas del nororiente.

Además, el 14 de septiembre tuvo lugar un movimiento de magnitud 5,7 en el norte colombiano. El patrón de estos movimientos muestra que existen zonas fronteras o regiones vecinas donde la actividad sísmica impacta indirectamente, lo que obliga a Colombia a reforzar su cultura de prevención.

Las recomendaciones de los especialistas son constantes: Mantener la calma en momentos de sacudida; evitar correr o usar ascensores. Buscar refugio bajo mobiliario seguro, dentro de marcos de puertas o estructuras resistentes, lejos de ventanas y objetos colgantes. Preparar un kit de emergencia que incluya agua, radio, linterna, baterías, alimentos no perecederos y elementos de primeros auxilios.

Verificar daños estructurales tras el evento, evitar zonas con riesgo de caída de escombros y reportar grietas o fallas a las autoridades locales.

Exigir que las construcciones nuevas cumplan con estándares sismorresistentes y promover simulacros regulares en entidades públicas, colegios y comunidades.

El reto para Colombia está en fortalecer no solo los sistemas técnicos y estructurales, sino la resiliencia ciudadana: entender que vivimos en un territorio donde los movimientos telúricos son parte de la dinámica natural.

La investigación, el monitoreo permanente, la memoria histórica y la educación preventiva son herramientas esenciales para reducir riesgos y responder con decisión cuando la tierra tiemble.

Este conjunto de sismos recientes que atraviesa distintos rincones del país —no solo en Antioquia— reclama atención de todos: ciudadanos, gobiernos, instituciones académicas, ingenieros, urbanistas y gestores del riesgo.