Si no se hacen las cosas como un determinado grupo de opinión quiere, de un día para otro cae sobre Colombia el apocalipsis. Eso dicen luego de que el Presidente expidió sus objeciones al reglamento de la JEP. Que es el fin del mundo. De la paz, del acuerdo, de la JEP. Y no han faltado quienes inciten a los reinsertados a abandonar sus zonas de concentración, augurándoles que les llegará la peste de la inseguridad jurídica.
Incluso han hablado de un inexistente e imposible choque de trenes entre la Presidencia y la Corte Constitucional. La Constitución los convoca a ejercer sus poderes con espíritu de colaboración armónica para cumplir los objetivos del Estado. Cada uno en su órbita, y así mismo el sistema de pesos y contrapesos inherente a su interrelación, impidiendo los excesos, como esencia del régimen presidencial. (Lea la columna).
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