19 abril, 2024

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Casa del Buen Dios: 60 años existiendo para quienes nos necesitan

Transcurría la época de los 60´s, un momento en la historia de la sociedad de Medellín donde se empezaban a sentir los ecos de la generosidad por la urgencia de trabajar en pro de amparar y proteger a las personas vulnerables.  

Se conmovía a su vez el corazón de una mujer entregada al servicio de los más necesitados, la Señorita Tulia Uribe Jaramillo, fundadora de la Casa del buen Dios, que para la época era voluntaria del Hospital San Vicente de Paúl de Medellín, quien se mostraba inquieta por las condiciones de desamparo de Personas pertenecientes a Antioquia, que tenían sus citas y tratamientos médicos y, no contaban con un lugar donde alojarse, y debían permanecer días y noches en las bancas o en las afueras del Hospital. 

Su perseverancia y amor por reparar las condiciones de estas personas, la llevaron a tocar las puertas y el corazón de muchos que se unieron para hacer realidad el nacimiento de la Casa del buen Dios.  

Junto con su hermano, Monseñor Alfonso Uribe Jaramillo y la colaboración de parientes, amigos y benefactores hizo posible obtener recursos para una Casa que les abrió las puertas a aquellos que tanto lo necesitaban.  

El legado de la Señorita Tulia perdura 60 años después, con el crecimiento y la transformación de servicios más completos con los que, por años, se ha buscado mejorar la calidad de vida de los beneficiarios que ingresan a la Institución. 

Comprometidos con brindarles un alojamiento cómodo y seguro, una alimentación balanceada y acorde a sus diagnósticos, en la última década se han desarrollado programas de bienestar con un acompañamiento psicológico y con actividades lúdico/educativas que han hecho de la vida de estas personas un aporte considerable mientras reciben la atención médico-asistencial.  

Cada día transcurrido durante estos 60 años, ha sido la oportunidad de conocer de frente situaciones cargadas de humanidad, apreciando la debilidad corporal y la fortaleza espiritual que cada persona es capaz de crear en situaciones de dolor y de recuperación. Para la Casa del buen Dios es felicidad completa seguir trabajando por estas vidas, continuar existiendo para quienes lo necesitan. 

La labor que se desempeña en la Casa del buen Dios requiere del apoyo de muchas personas que se sumen a seguir trabajando por obras que transformen vidas, haciendo sus donaciones en la cuenta de ahorros N° 10172404444 a nombre de la Casa del buen Dios