El gobernador de Nariño, el departamento con más cultivos de coca en Colombia, crítica abiertamente el esfuerzo del Gobierno por regresar al glifosato
Por Santiago Torrado y Francesco Manetto
El País de Madrid
El gobernador de Nariño, Camilo Romero (Ipiales, 1976), es una de las voces que se opone con mayor vehemencia al regreso de las fumigaciones con glifosato para combatir los cultivos de coca. Así lo dejó meridianamente claro en marzo, durante su recordada intervención en una audiencia pública de la Corte Constitucional. Acompañó, junto al progresista Partido Verde en el que ahora milita, los acuerdos con la extinta guerrilla de las FARC, aunque se lamenta de que “la paz nunca llegó a Nariño”. Este periodista con maestría en Estudios políticos fue hace no mucho el senador más joven de Colombia y hoy lidera el departamento con mayor extensión de cultivos ilícitos. Su principal llamado es a implementar la sustitución voluntaria de la coca, que a su juicio no es otra cosa que cumplir lo contemplado en los acuerdos.
“Es muy necesario para el país un ejercicio de Gobierno previo”, contesta Romero cuando se le pregunta por qué decidió regresar a la provincia, después de haber llegado a Bogotá como congresista del izquierdista Polo Democrático con apenas 33 años, hace casi una década. (Lea la entrevista).
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