No ha terminado el ministro de Hacienda de explicar lo de los bonos de agua, ni el empobrecimiento de las clases populares con su ley de financiamiento, cuando se le ocurre la brillante idea de salir a vender lo poco que nos va quedando: el 8.5 de Ecopetrol y varias electrificadoras. Ya le había echado mano a parte de la petrolera en el 2006, gobierno de Uribe. Gravó a los pobres para beneficiar a los ricos, pero sucede que eso no alcanzará para lo que tiene que darles en el 2020. Así que tenemos que prepararnos porque algo nos corre “piernarriba”.
Pero volvamos al caso de Ecopetrol, nuestra empresa insignia, esa que saca de problemas al Estado cuando se ha extralimitado en gastos. En el 2006 “el gobierno derrochón” de entonces, dedicó la primera venta de Ecopetrol a cosas que solo supieron el presidente de la época, y su ministro de los bonos de agua.
Si se vende ahora el 8.5%, más las regalías, únicos aportes que reciben las regiones, ese dinero se esfumará en gran parte, al igual que los aportes sociales que tanto nos recalcan para el educación, salud e infraestructura. Será otra plata que se irá para financiar la corrupción, la mermelada uribista y las promesas que tienen que hacer para las elecciones que se avecinan.(Lea la columna).
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