Esta novela no ha terminado. Hay varios capítulos extraviados, perdidos o escondidos a propósito. Parece una obra de misterio, porque sus recónditos pasajes parecen ridículamente fabricados para llegar a un fin sospechoso e inaccesible a la razón. Pero en la medida en que se descorre el velo, se agigantan los objetivos que ciertos sectores políticos persiguen, guiados por los enemigos de una paz estable y duradera. Ese es el sainete del caso Santrich, que involucra Jep, Farc, fiscalía, Centro Democrático, paramilitares, ejecutivo, legislativo y judicial.
Frenéticamente se acude a falaces argumentos para demoler y volver trizas los acuerdos que nos han permitido tranquilidad y convivencia. El jefe del Centro Democrático y sus áulicos, dicen que hay que acabar con la Jep, pero que por falta de votos, tendrán que pedir al legislativo 8 modificaciones.
Iniciaron sus ataques y desprestigio de la JEP desde que la debatieron en el Congreso. No resisten un país en paz y una población pensante, libre y tranquila. Con falsas noticias, denigraciones y miedos lograron ganar el plebiscito con unos pocos votos. Sus partidarios se han favorecido con la JEP, pero siguen mancillándola y censurándola. Nada los llena, su objetivo es: ¡destruirla! Por ello el autor de “La Inconclusa”, novela de puño y letra de NHMN, sale con el capítulo de Santich, en el cual sus protagonistas caen en toda suerte de contradicciones. (Lea la columna).
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