El glifosato es un veneno. Pero hoy, nadie tiene mejor fórmula contra esta inundación de coca
Por María Isabel Rueda (foto)
Enterados del anuncio del Presidente de que Colombia volverá a asperjar, me apoyé en un documento reciente de una universidad respetable para invitar a un debate sensato sobre el tema.
No sospeché, pero tampoco me intimida, que mis conceptos sobre los cuales es válido discrepar, y acaso sea conveniente hacerlo, desatarían esta tormenta; incluso, medios respetables y responsables participaron en el gatuperio, sugiriendo que el documento académico había sido contratado por Bayer. Hasta habló en mi emisora radial un profesor sin rostro de la misma universidad, que no dio su nombre por “temor a represalias”. Quien se enmascara para producir una opinión de orden científico no puede ser profesor. Al igual que carecería de la dignidad propia de un centro de saber que la universidad ejerciera represalias sobre los académicos disidentes. Qué bueno no estar en los tiempos de Galileo o de Bruno. (Lea la columna).
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