25 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Bachillerato bivalente para una sociedad y educación 4.0

Por Enrique E. Batista J., Ph. D.

https://paideianueva.blogspot.com/

Bien se ha dicho desde la antigüedad clásica que la educación es para la vida en sociedad, para el trabajo productivo, para el desarrollo cultural y también para la buena ciudadanía.  Por décadas se han buscado alternativas para que en la educación secundaria se adquiera formación o cualificación para el trabajo productivo y no sólo en contenidos académicos.

Una educación hoy no es de calidad si se puntúa alto en determinadas pruebas internacionales como se ha creído en Colombia. Una educación es de calidad si todos están estudiando, si los alumnos no abandonan los estudios, si ofrece oportunidades formativas amplias con fundadas posibilidades de trabajo y desempeño fructífero social y personal. Por lo tanto, el bachillerato concebido como preparación para una prueba nacional o una internacional es un sin sentido que no ofrece a nuestros estudiantes posibilidades de una formación personal y ciudadana apropiada ni estrategias cognitivas para seguir aprendiendo de manera permanente.

A lo largo de muchas décadas se han tenido propuestas formativas diferentes sobre formación en el bachillerato: educación media vocacional, educación media diversificada, escuelas de artes y oficios, Institutos Agrícolas – ITA, e Institutos Técnicos Industriales. A estas se agregan el bachillerato rural y el pedagógico, la formación laboral del SENA y la de los programas técnico – laborales que ofrecen las instituciones denominadas para el trabajo y el desarrollo humano.

Se han implantado y promovido en el mundo modelos para incrementar la pertinencia de los proceso educativos formales. Han tenido denominaciones diferentes, entre ellas la de doble vía (por ejemplo, el dual track en Alemania), bachillerato dual, escuela con formación integrada, educación y entrenamiento vocacional y también bachillerato bivalente.

La introducción o actualización del modelo en algunos contextos se concebirá como una innovación con procesos y estrategias pedagógicas flexibles que permitan que el alumno pueda, sin penalización académica, cambiar de ruta formativa apoyado en la guía de sus maestros para la toma precisa de mejores y oportunas decisiones. Se enfatizará una conexión amplia, adecuada y actual entre los conocimientos denominados académicos y su aplicación en situaciones reales, ya sea mediante prácticas rurales, en empresas o en la escuela misma. Pondrá énfasis en el aprendizaje activo y situado en contextos y problemas reales, el pensamiento divergente y la creatividad, así como en desarrollo de modelos, solución de problemas, la prueba de hipótesis, el análisis crítico, la experimentación, la creación e innovación. Se prestará atención a la muy importante y necesaria formación de las mujeres en ocupaciones denominadas STEM (ciencias, tecnologías, ingeniería y matemáticas).

En el bachillerato bivalente los estudiantes adquieren también formación en las disciplinas o áreas curriculares formativas necesarias y comunes como español y lenguas extranjeras (usualmente inglés), ciencias naturales y sociales, matemáticas y en habilidades socioemocionales, con un enfoque que promueva el aprendizaje activo.

No habrá sanción o castigo por cambio de rumbo a medida que el estudiante muestra que precisamente está madurando sus intereses vocacionales y que va adquiriendo una mejor comprensión real del mundo ocupacional en que vive, conociendo y cimentado sus mejores posibilidades en términos de motivación, intereses y aptitudes y, lógicamente, de oportunidades laborales.

Se tratará de experiencias cercanas a las habilidades e intereses de los alumnos fundamentadas en la comprensión de la valía de las ciencias (naturales y sociales), de la cultura, de las distintas tecnologías, así como de la comprensión de la naturaleza de los procesos sociales, económicos, políticos y del mundo laboral. Es decir, con un sustento práctico en los conceptos de distintas ciencias y disciplinas, acompañado de formación en el liderazgo, el trabajo colaborativo en equipo, y otras habilidades sociales para la solidaridad, la convivencia y la paz. El modelo fomentará la capacidad de cada uno para fijar metas personales alcanzables trabajando con denuedo en ellas con la realización periódica de procesos metacognitivos sobre los caminos y estrategias para aprender y con clara especificación y actualización permanente de su ambiente personal de aprendizaje- PLE- de cada uno.

 En la Unión Europea se reconocen cuatro variantes de modelo formativo dual (https://bit.ly/2TujJer): 1. La denominada expresamente educación dual donde los empleadores juegan un papel esencial. 2. Programas donde los alumnos pueden escoger una variedad de opciones o rutas (tracks) con una determinada cantidad de trabajo orientado al aprendizaje directo en contextos laborales. 3. Programas desarrollados en los colegios con experiencias externas también para la articulación entre trabajo y aprendizaje. 4. Programas desarrollados en su totalidad dentro de la escuela.

Debe ser claro que, dada la complejidad del sistema productivo 4.0 y del mundo laboral que lo acompaña, la variedad de intereses, aptitudes y motivaciones de los alumnos y de los desarrollos científicos y tecnológicos, se precisa el ofrecimiento de una variedad amplia de opciones formativas, asunto en donde la formación en línea y el uso creativo de laboratorios digitales y de opciones como los makerspaces (espacios para la creación) son de extraordinaria ayuda, espacios que han tenido un incipiente pero interesante desarrollo en Colombia.

Con la disponibilidad de la educación en línea y de la variedad de recursos tecnológicos para facilitar los procesos formativos, los estudiantes de un mismo salón o con otros de distintos grados pueden tomar rutas o áreas formativas diferentes cada uno según sus propias aptitudes e intereses. Han adquirido especial preponderancia procesos formativos con las denominadas “insignias digitales” que han tenido un crecimiento grande en Colombia (https://mzl.la/384bFVU; https://bit.ly/38dWQjU) en las que se cualifican a los jóvenes para el trabajo en ocupaciones recorridas por una variedad amplia de aplicaciones informáticas, en campos que van desde la A (artes) hasta la Z (zoología).

Una ventaja adicional del bachillerato bivalente es que el estudiante puede adquirir formación, por ejemplo con insignias digitales, en programas de duración de un semestre o un año en más de un campo técnico o tecnológico específico,  asunto que reduce drásticamente la posibilidad de que de manera acelerada los estudiantes queden alineados hacia opciones ocupacionales frente a las cuales todavía carecen de la madurez vocacional necesaria para tomar decisiones que los afectarán toda la vida y que, como sabemos, con frecuencia es uno de los factores que incide grandemente en  el fracaso laboral y en la deserción universitaria. Esta opción formativa es, además, un medio para incrementar la permanencia de los estudiantes en la educación media en la medida en que los ofrecimientos educativos se acercan más a sus propias realidades y deseos en este mundo actual.

Con la opción de las insignias digitales para una formación bivalente, que tienen valía y reconocimiento universal al ser certificadas digitalmente mediante cadena de bloques (block chains) (https://bit.ly/3afymIA) los alumnos pueden recibir su grado con una o más insignias digitales en campos como inteligencia artificial, robótica, Big Data, agricultura de precisión, desarrollo de aplicativos informáticos, programación informática, diseño gráfico digital, impresión 3D, energías renovables, mecatrónica, industrias creativas, comercio electrónico, telecomunicaciones, logística portuaria, seguridad informática, cine, fotografía digital, preservación de bosques y de aguas, piscicultura, cultivos agrícolas especiales y muchos más. Se busca que los bachilleres aumenten sus opciones al finalizar la educación media mediante cualificación pertinente para trabajos requeridos en la sociedad de la cuarta revolución industrial, ingresar al mundo laboral o seguir adelante en procesos formativos en la educación superior. Se ha reconocido que las insignias digitales ofrecen oportunidades a los alumnos con habilidades y necesidades educativas diferentes.

Un paso importante en la dirección aquí propuesta la ha dado el SENA en Colombia con la formación de bachilleres con doble titulación (bachiller y técnico laboral). Fueron 149.000 en 2019. Se espera alcanzar en el presente gobierno la cifra de 600.00 con esa formación bivalente.  (https://bit.ly/2Tu0xxw; https://bit.ly/3785b8F).

Padres, maestros y orientadores vocacionales tendrán una mejor oportunidad de ayudar a cristalizar los intereses vocacionales de los alumnos frente a hechos y realidades concretas vividas a diario y no sobre las fantasías de los programas universitarios que no conocen y de los cuales apenas tienen referencias signadas por la alta deseabilidad social de determinadas carreras u ocupaciones. Es una forma de preparación debida para nuevos campos profesionales y ocupacionales, así como para los nuevos que aparezcan en el cercano o mediano futuro.

En próxima columna ahondaré sobre la hoy inútil separación entre bachillerato académico y bachillerato técnico asuntos que dado el mismo desarrollo de la ciencia, la tecnología, la sociedad y de la complejidad del mundo laboral han llevado a que esté estrechamente interrelacionado lo académico con lo técnico, con adecuada formación en la buena ciudadanía y con sólida formación ética y en valores.