28 marzo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Ave de mal agüero

Por Misael Cadavid MD.

Cuando se aprobaron las primeras vacunas, el mundo respiró con mayor facilidad, como si se hubiera desconectado de un ventilador. 

Esa luz al final del túnel se ensombrece, cuando hacemos una análisis exhaustivo de la producción, distribución, comercialización y la logística necesaria para vacunar a toda la población, eso no es tan sencillo como tirar las vacunas de un avión y por arte de magia poner el brazo y listo: ¡vacunados! 

Veamos algunos datos a corte 31 de enero de 2021: 

Solo 56 países han recibido vacunas,137 no han recibido ni una sola. 

 Se han aplicado 68 millones de dosis (34 millones de persona por ser 2 dosis) 

En promedio se vacunan 3.5 millones de personas al día. 

 La provisión de vacunas (en cantidad de vacunas soportadas por contratos)es la siguiente: Canadá tiene el 330% más de vacunas contratadas que su población, es decir por cada 100 habitantes  tendrá 330 vacunas, obviamente le sobrarán, Reino Unido el 302%, Alemania 183%, EEUU 169%, países de la Unión Europea en promedio 135%,Brasil 64%,Argentina 70% y Colombia el 33% es decir no alcanzamos con esta cifra a llegar a inmunidad de rebaño, en conclusión los más ricos poseen más del doble de vacunas necesarias que los países pobres, una total inequidad e injusticia y la OMS calladita. 

Si se continúa con el ritmo de vacunar 3.5 millones de personas diariamente a nivel mundial, a esa velocidad tardaríamos 12 años para vacunar la población mundial, si duplicamos la eficiencia tardaríamos 6 años y si la triplicamos tardaríamos 4 años. 

En Colombia si vacunáramos a 30 mil personas al día como lo está haciendo México, nos demoraríamos 13 años para vacunar la población, 6 años si duplicamos la eficiencia y 4 años si la triplicamos, pero a hoy no ha llegado ni una sola vacuna. ¡Aterrador! 

Necesitaríamos vacunar diariamente a 35 millones de personas en el mundo para tener el 80% de la población vacunada a 31 Enero de 2022,una cifra casi imposible: Quimérica y utópica. 

En Colombia necesitaríamos vacunar 223 mil personas diariamente para lograr iguales resultados. 

A estos inquietantes datos se le suma la aparición de varias cepas que podrían evadir el mecanismo de funcionamiento de las vacunas o del sistema inmunitario. Según algunos estudios divulgados recientemente la mutación del virus si podría obstaculizar el camino hacia la inmunidad de rebaño y posiblemente quien ya se haya contagiado por la cepa original, podría infectarse con una variante nueva. 

Si bien las vacunas ayudarían a que la enfermedad no sea tan grave, no prevendría las nuevas infecciones. 

Actualmente, varias cepas preocupan al mundo médico. Por un lado, la variante del Reino Unido conocida como VU1-202012/01, cuyo poder de infección es hasta en un 75% mayor. Por otra parte, la variante de Sudáfrica que incluye tres mutaciones importantes, las cuales no identificaría el sistema inmune de los ya vacunados y otras tres variantes, la de Brasil, la 484 y la K417 que definitivamente interfieren con la efectividad de la vacuna. Esto no quiere decir que las vacunas no funcionen, sino que los anticuerpos que producen, no neutralizarían estas nuevas cepas. 

Otro aspecto preocupante es la incertidumbre en el tiempo de protección de la vacuna, según declaraciones recientes de Manuel Elkin Patarroyo es sólo de 40 días, aunque personalmente conceptuó que podría ser de 12 a 18 meses al cabo del cual tendríamos que aplicar refuerzo o una nueva vacuna para una cepa en específico. 

Ahora bien, hasta aquí he sido ave de mal agüero, lo positivo es que la tecnología empleada hoy en las vacunas permite cambiar en cuestión de semanas y de manera más fácil que antes, utilizando tecnología molecular, la composición de las vacunas y de esta manera tener un nuevo arsenal para combatir las nuevas formas de este letal virus. 

Por ahora no debemos bajar la guardia y seguir apostándole a las medidas de bioseguridad y redimensionar las políticas públicas de protección a la población vulnerable.