18 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Auge y Caída del imperio latinoamericano

Jorge Alberto Velasquez Pelaez

Jorge Alberto Velásquez Peláez Para iniciar, me disculpo por utilizar la palabra “imperio”, pero he querido parafrasear a los historiadores romanos, tal vez por falta momentánea de imaginación. Ha culminado el “boom de los Commodities”, y los países latinoamericanos, que fueron protagonistas como proveedores de materias primas en el mundo, y obtuvieron por ello muy cuantiosos ingresos, perdieron la gran oportunidad de caminar por la senda del desarrollo y de la modernización, de la equidad, y de la recomposición de un tejido social que hoy se encuentra deshilachado, todo por culpa de sus excesos en el gasto público, por corrupción, por inestabilidades políticas, y por muchas razones más; hoy la región enfrenta un peligroso estancamiento económico, desaceleración global, crecientes protestas, gran incertidumbre, problemas de institucionalidad, caída del consumo, y permanencia de la gran pobreza, mientras 25 millones de latinoamericanos buscan trabajo. Pero vamos en orden. Como se diría coloquialmente, a las naciones de la región se les “apareció la virgen” a comienzos del presente siglo, gracias a la enorme demanda china por commodities, requeridos para atender su nuevo y gigantesco parque industrial y la construcción de enormes megaproyectos de infraestructura, todo ello posible merced a su propio ahorro nacional y a los flujos de inversión extranjera directa, siempre superiores a 100 mil millones de dólares anuales, con un récord en 2017 de 136 mil millones de dólares. El país asiático necesitaba combustibles, minerales, materias primas en general, y alimentos, y buena parte de todo ello la encontró en nuestra región, que se permitió entonces un gran banquete con sus exportaciones y llenar hasta el borde las arcas fiscales de la mayoría de sus países. En los últimos veinte años Latinoamérica pasó de vender en China 5.300 millones de dólares a más de 130 mil millones. Hoy, desde la región, Brasil es su mayor proveedor con 64 mil millones de dólares, seguido por Chile y Perú con 25 mil y 13 mil millones, respectivamente. Colombia apenas exporta al país asiático poco menos de 4 mil millones de dólares, prácticamente todo en combustibles.

Son menores ahora los precios y los volúmenes de exportación de las materias primas, es cierto, pero no todos los países latinoamericanos sufrirán por ello, pues algunos han logrado diversificar en beneficio de exportaciones de productos con mayor valor agregado. Si eliminamos de las cifras de exportaciones de las grandes economías regionales las ventas de combustibles y de materias primas, encontramos que en la última década fue México el que más creció, 110%, gracias a exportaciones el año anterior por valor de 413 mil millones de dólares, seguidos los aztecas por los incas, con 77%, y 15 mil millones de dólares en ventas, mientras Chile y Brasil crecieron por encima de 50% gracias a sus exportaciones por 34.471 y 183.741 millones de dólares, respectivamente. Lamentablemente, Colombia fue el peor en diversificación, pues sus ventas externas, sin combustibles y minerales, solo aumentaron 5% en la década, siendo superada por Argentina que apenas creció 15% en el periodo considerado. No obstante, para muchos analistas, esta última fue otra década pérdida por América Latina, y de acuerdo con un informe de la CEPAL, el septenio 2014-2020 podría ser el de menor crecimiento económico en la región en los últimos 40 años.

México tiene un gran socio como vecino, y por ello sus condiciones como país exportador son diferentes a las del resto de países del barrio. Pero si analizamos en detalle a los demás, encontramos que el avance de Brasil en diversificación es importante, pues en el rango entre 10 y 15 mil millones de dólares anuales tiene cuatro grandes renglones exportadores: maquinarias, carne, vehículos, y artículos de fundición. Perú, que además de combatir la corrupción como no lo hace Colombia, ha creado nuevos sectores para el mercado global en muy pocos años -aguacates (US$700 millones), uvas (US$764 millones), y arándanos (US$548 millones)- y diversifica con producciones para el mercado internacional en muchos otros variados sectores. Con la desaparición del “Boom de las materias primas” en 2013, pierde mucho Chile, pues los productos básicos en ese país representan el 54% de sus exportaciones totales; Colombia, como ya lo mencionamos, fue el peor en diversificación entre los países más importantes de la región, y su futuro exportador es incierto, pues hoy el 61% de sus ventas externas corresponde a combustibles y oro.

En conclusión, no todo ha sido malo para los países de la región, pero lo cierto es que Latinoamérica se rezaga en su desarrollo económico, y la brecha entre países ricos y los nuestros es cada vez más amplia, como más amplia lo es también la brecha entre Colombia y los grandes países de Latinoamérica. Podríamos, para finalizar, concluir con lo siguiente: Latinoamérica va muy mal, pero Colombia va peor.