Aquellos hombres

Por Federico Duque Posada (foto)

Hoy quiero hacer una conmemoración a aquellos padres de los cuales descendemos, una raza arriera y pujante que se abrió caminos a lomo de mula, con machete al cinto para cortar la maleza y un valor increíble para acortar distancias.

Esos hombres, en su mayoría padres de familia que eran recios para el trabajo y tiernos para el amor, aquellos hombres que de sol a sol se molieron para construir y llevar a cabo el desarrollo de nuestro Departamento que hoy se caracteriza por ser ejemplo de pujanza y emprendimiento.

Quiero hacer un homenaje a aquellos padres que día tras día se preocupan por formar a sus hijos como unos ciudadanos de bien, llenos de valores y virtudes que sin duda alguna serán personas importantes e influyentes en la sociedad, como algún día ellos soñaron.

Esos padres que son superhéroes silenciosos, los cuales salen a buscar honradamente un pedazo de pan para su familia, aquellos hombres que con la frente en alto y las manos sucias de trabajar para buscar el sustento de sus seres queridos.

Esos padres que de manera honesta y tranquila luchan por salir de la desigualdad y de las deudas y el sistema les impone.

Hombres probos y limpios de conciencia que prefieren estar en la pobreza que venderle su alma al diablo o al mejor postor, lo que aparezca primero.

Padres de familia, los cuales definen gráficamente la honestidad y la honradez para afrontar situaciones en las cuales se les pone precio a la conciencia y de manera intachable le hacen el quite a la deshonestidad, la mentira y el crimen.

Con este escrito no solo le hago un homenaje a mi padre, Gerardo Emilio Duque, el cual ha sido la fiel descripción de esta Columna, aquel que me enseñó que la comida debe buscarse honradamente y que bajo ninguna circunstancia, los principios no se negocian.

Este es un homenaje para aquellos hombres que son buenos padres, responsables y honestos. Gracias totales por formarnos.