18 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Antioquia: Las promesas incumplidas @GobAntioquia  

NO TENEMOS UNA CLASE DIRIGENTE  AL  SERVICIO  DE LA SOCIEDAD, SINO UNA SOCIEDAD AL SERVICIO DE LA CLASE DIRIGENTE.

Por Orlando Arenas Tamayo (foto)

La Política, para Aristóteles, tiene como finalidades, atender los asuntos del Estado, gobernar la sociedad con su aquiescencia y promover la participación de todos los ciudadanos para alcanzar la felicidad, esto es, hacer posible el bien común.  Visión prevalente en todas las naciones que proclaman su origen democrático, reconociendo que la democracia es la menos mala de las formas de gobierno, haciendo una mínima concesión a los anarquistas.

La justa democrática pretende imponer por mayorías, una visión sobre la gobernabilidad, soportada en tesis, propuestas y fundamentos políticos, sobre las posiciones de otros partidos, a una sociedad expectante y se supone estudiosa, en cada debate electoral para que cada ciudadano tome posición y vote, ungiendo al que obtenga un mayor respaldo popular.

La radicalización es peligrosa y enfrenta agriamente a las partes, dificultando los consensos por sinrazones antes que por argumentaciones lógicas. En Antioquia y Medellín, esa polarización existe y devela la inmensa puja por el poder, sin humildad y gastando altas sumas de dinero en medios para inflar los “índices” de aceptación y reconocimiento de nuestros gobernantes como los mejores, en búsqueda de dignidades mayores. (Lea la columna).